PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL COMO HERRAMIENTA DE CONSERVACIÓN Y ATRACCIÓN TURÍSTICA SUSTENTABLE EN EL ÁREA NATURAL PROTEGIDA SIERRA DE LOBOS, GUANAJUATO

 

Resumen

En México, la conservación de la biodiversidad ha traído la creación y desarrollo de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), como estrategia e instrumento político-ambiental para la preservación integral del patrimonio biocultural del país. En el presente artículo, el objetivo es revelar el potencial del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) como herramienta para incentivar y reforzar la conservación del ANP Sierra de Lobos en Guanajuato. Para la obtención de valores, el PCI fue caracterizado desde la categoría teórica de los conocimientos del universo y la naturaleza: valores culturales y espirituales, sabiduría ecológica tradicional y tradiciones y costumbres, a través de la observación y de la recolección y análisis de datos documentales. Los hallazgos evidencian que el valor biocultural se manifiesta en el aprovechamiento del paisaje, de la flora y fauna para la elaboración y uso de remedios medicinales tradicionales, así como alimento para consumo local; programas comunitarios de restauración y reforestación; manejo sustentable del bosque; festividades y peregrinaciones religiosas; y valoración paisajística. Estos conocimientos pueden ser objeto de aprovechamiento turístico con enfoque sustentable, con el fin de salvaguardarles y que, a su vez, incidan en el empoderamiento colectivo comunitario, encaminados a una mejoría en el manejo del ANP y su conservación.

 

Palabras clave: turismo sustentable, patrimonio cultural inmaterial, área natural protegida, conservación biocultural, Guanajuato.

 

INTANGIBLE CULTURAL HERITAGE AS A CONSERVATION TOOL AND SUSTAINABLE TOURIST ATTRACTION IN THE NATURAL PROTECTED AREA SIERRA DE LOBOS, GUANAJUATO

Abstract

The work for biodiversity conservation in Mexico is related to the creation and development of protected natural areas (PNAs), which constitute a strategy and political-environmental instrument for the integral preservation of the country’s bio-cultural heritage. In this article, the main objective is to reveal the potential of the intangible cultural heritage (ICH) as a tool to encourage and enhance the conservation of the PNA Sierra de Lobos in Guanajuato. To obtain the values for this study, the ICH was characterized from the theoretical category of knowledge and practices concerning nature and the universe: cultural and spiritual values, traditional ecological knowledge, and customs, through the observation method, data collection, and system analysis. The findings show that the biocultural value is manifested using the landscape, the flora and the fauna for the elaboration and use of traditional medicinal remedies, also as food for local consumption; community restoration and reforestation programs; sustainable forest management; festivities and religious pilgrimage; and landscaping valuation. This knowledge can be the object of tourism use with a sustainable approach to safeguard it, to empower the community, and improve the management of the ANP and its conservation.

 

Keywords: sustainable tourism, intangible cultural heritage, natural protected area, biocultural conservation, biocultural conservation, Guanajuato.

 

1. Introducción

El turismo puede ser una actividad que favorezca el desarrollo sustentable de las comunidades rurales vinculadas a Áreas Naturales Protegidas (ANP), toda vez que sea capaz de poner en valor las prácticas que tradicionalmente se realizan, así como los usos y costumbres vinculadas a la naturaleza y que en sí mismas pueden constituirse en atractivo turístico, involucrando a la comunidad y actuando de manera respetuosa con sus expresiones culturales (An y Alarcón, 2020; De la Torre et al., 2012; Evgrafova et al., 2020).

 

Esta actividad se ha posicionado en México como un área que puede aportar al cumplimiento de los objetivos de conservación ambiental en las ANP, a pesar de que ello podría ser percibido como una contradicción. Esta situación se plantea desde la legislación ambiental mexicana que rige las actividades de carácter económico que pueden ser permitidas al interior de los sitios protegidos, apareciendo como viable en muchos casos la actividad recreativo-turística.

 

No obstante, por experiencias históricas y expuestas en la literatura académica, se comprende que el turismo no necesariamente resulta beneficioso, ni es actividad de bajo impacto, como se muestra en los instrumentos de política pública (Martínez-de la Rosa, 2015; Van Zanten, 2011; Villaseñor y Zolla, 2012). La entrada de la actividad turística implica la posibilidad de que una comunidad pierda sus características culturales identitarias y el acceso a los recursos naturales, en aras de satisfacer al turista y obtener un ingreso económico (Tresserras, 2006; Kieffer, 2014). En tal sentido, lo ideal sería que al incorporar el turismo en las ANP de México se tuviera presente un enfoque hacia la sostenibilidad, en el que se equilibren los aspectos ambientales, sociales y económicos (Gebhard et al., 2009; Semarnat, 2017).

 

Con el objetivo de revelar el potencial del patrimonio cultural inmaterial (PCI) como herramienta para incentivar y reforzar la conservación del área natural protegida Sierra de Lobos en Guanajuato (ANSLP), se le caracterizó desde los conocimientos del universo y la naturaleza: valores culturales y espirituales, sabiduría ecológica tradicional y costumbres, a través de la observación en campo y de la recolección y análisis de datos documentales.

 

La construcción del instrumental de investigación implicó la revisión de diversos artículos que, de acuerdo con sus características metodológicas y aporte teórico, pudieran ser aplicados en el contexto de este trabajo y a su objetivo, lo cual se expone en el primer apartado del presente documento. A continuación se presentan los hallazgos, siendo el principal (y a la vez, lo que se puede considerar como aportación de este trabajo) la evidencia de que el valor biocultural se manifiesta en diversas expresiones, tales como el aprovechamiento de la flora para la elaboración y uso de remedios medicinales tradicionales, así como alimento para consumo local, la presencia de programas comunitarios de restauración y reforestación para el manejo sustentable del bosque, las festividades y peregrinaciones religiosas, a la par de la valoración paisajística desde las propias comunidades.

 

2. Antecedentes y modelo teórico

El turismo ofrece la posibilidad de asociar los valores culturales existentes en el ANP para proporcionar una experiencia enriquecida a los visitantes sin comprometer la integridad ecológica y de los habitantes locales (Leung et al., 2018), lo que involucra la necesidad de incorporar lo cultural a la oferta turística, tanto de aquellos aspectos materiales (muebles e inmuebles; ver figura 1), como inmateriales: artesanías, gastronomía, prácticas sociales, música y artes, tradiciones, expresiones orales y lenguaje, conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo (Organización Mundial de Turismo, OMT, 2013) al recurso natural (Semarnat, 2017).

 

México, al contar con una extensa diversidad natural y cultural, tiene la oportunidad de impulsar un turismo cultural y de naturaleza en aquellas zonas que cuentan con valores agregados o recursos turísticos, como son las ANP, corredores biológicos y zonas rurales, tomando en cuenta la cultura viva que habita en dichas áreas: las comunidades locales y los pueblos indígenas, siempre que mantengan el poder para decidir cuándo y bajo qué circunstancias se hace la presentación de su valor cultural (Martínez-de la Rosa, 2015).

 

Figura 1. Clasificación de patrimonio cultural y natural

 

Fuente: Elaboración propia, adaptado de Olivera (2011), con elementos de Arizpe (2006) y Lenzerini (2011).

 

2.1. Patrimonio cultural inmaterial

Para el fomento responsable del patrimonio cultural inmaterial, como cultura viva, es necesario que se formen alianzas entre las comunidades, los actores del turismo y el patrimonio, donde cada parte sea capaz de desarrollar un aprecio de las aspiraciones y el valor de cada uno (UNESCO, 2003; OMT, 2013). Los valores inmateriales de la cultura son un importante activo turístico que brindan la oportunidad a los visitantes de obtener una comprensión más detallada y profunda del destino que se visita, con la finalidad de“absorber” la cultura local como su objetivo de consumo (McKercher y Du Cros, 2002).

 

Las prácticas y conocimientos que conciernen a la naturaleza y al universo, involucran a la sabiduría ecológica tradicional (TEK por sus siglas en inglés, Traditional Ecological Knowledge), como un elemento del patrimonio cultural inmaterial (UNESCO, 2003). Se asocia con el valor del conocimiento sobre la naturaleza, como la salud humana y medicina, costumbres, religión, historia de la flora y fauna, aspectos científicos, y aquellos valores culturales y espirituales, los cuales se relacionan con los cuentos y leyendas que tienen su raíz en la tierra donde se asentaron los primeros habitantes y tienen un sentido de pertenencia (Berkes et al., 2000; Olivera, 2011; Berkes, 2012).

 

En México, como en otros países, ciertas comunidades campesinas y algunos pueblos indígenas que habitan en áreas naturales se han organizado para el uso y aprovechamiento de sus recursos, para acceder a ellos, protegerlos y seguir participando en el manejo de éstos (Cultural and Spiritual Values of Protected Areas, CSVPA, 2018; López-Maldonado y Berkes, 2017; Paz, 2008).

 

El patrimonio cultural inmaterial del ANPSL está vinculado de manera directa e indirecta con el uso de la naturaleza, las actividades de las comunidades locales tienen un fuerte arraigo en los recursos que ésta les provee día con día, teniendo como resultado una conexión intrínseca al lugar (McKercher y Du Cros, 2002); estas características son consistentes con lo que se ha observado en otras zonas de México, las comunidades que habitan en las zonas forestales buscan la manera de establecer el uso de los recursos, el acceso y las estrategias para su cuidado (Paz, 2008).

 

2.2. Modelo teórico

Con el fin de orientar la identificación y clasificación de lo hallado en términos de patrimonio cultural inmaterial de las comunidades, se usó el modelo propuesto por Esfehani y Albrecht (2016), que se centra en valores, prácticas y las actividades para determinar la relación que se tiene con la conservación ambiental y su interés para potencializar un turismo sustentable. El análisis de tipo directo enfatiza el uso y aprovechamiento de los recursos naturales como parte de las actividades cotidianas de los habitantes locales; el uso indirecto, hace alusión al desarrollo de actividades y prácticas en el área natural protegida. Según Mallarach et al. (2012), para detectar cuáles elementos y valores se han desarrollado en la naturaleza y cuáles hacen uso de ella, se categorizan en:

      a) Estéticos y perceptuales: se caracterizan por mostrar la calidad del ANP tal como es percibida por la sociedad, destacando cualidades como la armonía, la belleza del paisaje y las emociones evocadas.

      b) Artísticos: se representan a través de la música, canto y danzas tradicionales; fotografías, películas o documentales que se desarrollen en el ANP; juegos recreativos o deportes rurales tradicionales, y otros como la fabricación de artesanías con distintas técnicas.

      c) Sociales y etnológicos: engloban los conocimientos y oficios tradicionales, así como la actividad turística o visitantes que empieza a tener el ANPSL (como oficio no tradicional); los sistemas de gobernanza y las instituciones tradicionales, tomando en cuentas normas y reglas; fiestas y ferias que se relacionan con la naturaleza; gastronomía local; remedios naturales a partir de procesos naturales; los hechos o eventos históricos; al igual que los conocimientos sobre la flora y fauna existente en el ANPSL.

      d) Orales y lingüísticos: hacen referencia a los cuentos, mitos y leyendas relacionados con el área natural, conocidos por los habitantes locales y transmitidos a los visitantes; también se consideran los topónimos que otorguen una referencia específica de la zona y un vocabulario preciso que menciona herramientas u oficios tradicionales agrarios o artesanos que se relacionan con la naturaleza.

      e) Religiosos: involucran elementos populares como rituales, ceremonias, romerías y peregrinaciones, así como los elementos del patrimonio religioso institucional como templos, conventos y casas de retiro.

      f) Espirituales: están relacionadas con aquellos sitios considerados sagrados, mágicos y de retiro, pudiendo ser elementos de la naturaleza como: ojos de agua, cenotes, cuevas, montañas, etc., sin tener una relación directa con algún tipo de religión. También se contemplan los sitios abandonados como: zonas arqueológicas, templos, y haciendas, que ya no cumplen con su funcionalidad original, pero aún tienen algún valor funcional o espiritual para los habitantes locales.

Como se indicó líneas arriba, de igual manera se optó por insertar en el análisis el tipo de interacción que se tiene con la naturaleza, ya sea una relación directa o indirecta. La directa se enfatiza en el uso y aprovechamiento de los recursos naturales como parte de las actividades cotidianas de los habitantes locales; el uso indirecto hace alusión al desarrollo de actividades y prácticas en el ANP.

 

La relación de los recursos naturales con las expresiones culturales que pueden considerarse patrimonio de quienes habitan en el ANP, se ordenaron en tres modalidades: 1) cuando son parte del producto del destino y atracción para el visitante, 2) cuando fungen como herramienta de conservación para los recursos naturales, y 3) cuando funcionan como herramienta de filtro sobre los comportamientos de los visitantes.

 

2.2.1. El PCI como parte del producto del destino y atracción para el visitante

Se explica que el PCI de las comunidades locales constituye un elemento atractivo para el turismo, especialmente en las formas en las que se practica hoy en día, como son: el ecoturismo, el turismo de naturaleza, el turismo rural, el turismo de aventura, el turismo cultural, entre otros; el viajero busca la experiencia auténtica, en la cual la motivación del viaje es su relación con el habitante local, sus costumbres y en general su cultura, así como el contacto directo con la naturaleza, siendo la finalidad para valorar la satisfacción y el significado de dicho viaje.

 

2.2.2. El PCI como herramienta de conservación para los recursos naturales

Las prácticas, tradiciones y costumbres de las comunidades locales situadas al interior de un ANP y a sus alrededores, se ven influenciadas de manera directa e indirecta por el simple hecho de desarrollarse allí; la alimentación, la recreación y la subsistencia, dependen totalmente de aquello que la naturaleza les brinda. Por lo tanto, para beneficio de ellos, se rescata una sabiduría ecológica tradicional de la que se ha obtenido provecho y se ha logrado una conservación y protección consciente de los recursos.

 

2.2.3. El PCI como una herramienta de filtro sobre los comportamientos de los visitantes

El turismo se convierte en un promotor de la salvaguardia del PCI, participando de manera indirecta en la conservación del ambiente natural, a través de la promoción de los conocimientos y prácticas sociales de las comunidades existentes en las ANP.

 

3. Metodología y área de estudio

3.1 Materiales y métodos

La metodología empleada se basó en la caracterización del PCI en el interior del ANP y su área de influencia, para un desarrollo turístico basado en la cogestión, que incida en la creación de estrategias adaptables y flexibles considerando las necesidades locales. Los instrumentos metodológicos se enfocaron en la investigación documental y de campo, en la que se utilizaron instrumentos cualitativos que incluyeron entrevistas semiestructuradas a profundidad para descubrir la existencia de valores culturales y espirituales, sabiduría ecológica tradicional, así como tradiciones y costumbres, atribuidos al entorno natural de la Sierra de Lobos, para permitir el desarrollo de políticas, planeación y manejo turístico del área por su importancia biocultural. El estudio entonces se puede caracterizar como cualitativo, inductivo y exploratorio-descriptivo (Arriaga et al., 2006).

 

El trabajo de investigación se realizó en tres fases:

Fase 1: revisión de literatura y diseño metodológico.

Fase 2: trabajo de campo y proceso de comunicación.

Fase 3: análisis, interpretación y conclusión de resultados.

 

La segunda fase inició con visitas de carácter exploratorio, con el objeto de indagar las condiciones del ANP e identificar porteros, con miras a facilitar la entrada a las comunidades locales de estudio y ubicar a los informantes clave. Se seleccionaron en total seis comunidades o zonas de estudio: Vergel de la Sierra, San José del Tanque, San José del Torreón, El Puerto de Magdalena, Ibarra y La Ceja.

 

Enseguida, se realizó una segunda aproximación, centrada en la realización de entrevistas a informantes, que por sus conocimientos o vínculos con los valores y prácticas culturales se agruparon en cuatro grupos: G1. Locales encargados del ANP; G2. Negocios locales enfocados al turismo; G3. Habitantes locales; y G4. Visitantes nacionales.

 

En cuanto a los primeros tres grupos, se seleccionaron aquellas personas cuyos antepasados, por lo menos hasta la segunda generación, hubieran nacido en la misma comunidad, haciendo uso de la teoría del PCI, el cual es transmitido de generación en generación. Los habitantes locales se consideraron importantes debido a que la conservación de la naturaleza en sí misma no es sólo una cuestión científica y técnica, sino una actividad social que no es ajena al sistema de valores que caracterizan a una comunidad (Mallarach et al., 2012).

 

El estudio se limitó a los visitantes nacionales, sin involucrar a los visitantes internacionales, no por carecer de éstos; pero, como primer acercamiento, se decidió enfocar la atención en los nacionales por ser quienes recurren con mayor frecuencia al área natural. En total se realizaron 20 entrevistas: del G1 a seis personas, del G2 a cuatro personas, del G3 a cinco personas y del G4 a cinco personas.
El trabajo de campo se apoyó en otros instrumentos, como complemento a las guías de entrevista, a decir: guías de observación, diario de campo, cámara fotográfica y grabadora, todo ello con la finalidad de contar con referentes trianguladores que corroboraran la información.
La fase de análisis se realizó a partir de los datos obtenidos, con los cuales se procedió a la interpretación e integración de los hallazgos mediante la técnica de análisis de redes temáticas, para explorar e identificar los argumentos principales y el ordenamiento de datos en tablas en las que se identificaron valores y modalidades de acuerdo con el modelo teórico.

3.2. Área de estudio
El ANP Sierra de Lobos se localiza en la parte Noroeste del estado de Guanajuato y forma parte de cuatro municipios de la entidad: León, San Felipe, Ocampo y Silao (Loa Loza, 1997) (ver figura 2). Es considerada una de las zonas forestales con mayor relevancia en Guanajuato, con no menos de 24 familias de plantas, destacando los bosques de encino con 49 especies; bosques de encino-pino con 43 especies y matorral subinerme con más de 40 especies (IEE, 2004). En cuanto a la diversidad faunística, se encuentran 176 especies de aves, 40 especies de reptiles, 33 especies de mamíferos y siete de anfibios (IEE, 2004). Los ecosistemas del ANP constituyen zonas de refugio, anidación, crianza, alimentación e hibernación para especies migratorias.

 

Figura 2. Localización geográfica del ANP Sierra de Lobos

Fuente: Ver interior figura 2.

 

La zona cuenta con 12 mil 423 habitantes aproximadamente, en 210 comunidades. La tierra en su mayoría es propiedad privada con una mínima parte de propiedad ejidal, las actividades económicas en ella son la agricultura de temporal, la ganadería y el pastoreo (Loa Loza, 1997).

 

La zonificación de acuerdo con su plan de manejo se divide en cuatro partes (IEE, 2004b): a) de protección, b) de aprovechamiento sustentable extensivo, c) de aprovechamiento sustentable intensivo, y d) de restauración. Por las características de esta investigación, se consideró abordar específicamente la zona de aprovechamiento sustentable extensivo, dado que permite fomentar las actividades de turismo de bajo impacto y la conservación de hábitats y vegetación tolerables a la presencia humana.

 

La zona tuvo asentamientos chichimecas, desde el período prehispánico, entre ellos, destacan los guamares, guachichiles y zacatecos, quienes habitaron la región conocida como El Tunal Grande legando el sitio arqueológico llamado El Cóporo. A partir del siglo XVI llegaron los asentamientos jesuitas y en lo que ahora es la comunidad de Ibarra hubo concesiones para la explotación de tierras y aguas. En el siglo XVIII, se dio la explotación de las minas de plata en la región; por ende, el bosque comenzó a ser depredado para la leña, producción de carbón y la quema de piedra rica en cal; asimismo, se proporcionaron miles de mulas para llevar a cabo dichas actividades.

 

El Camino Real de Tierra Adentro o el Camino de la Plata pasa por el ANPSL, ante la necesidad de comunicación, comercio, misiones y asentamiento de poblaciones de aquella época, se tienen vestigios de su paso por San Felipe, específicamente por el Cerro del Fraile y el rancho Bernalejo, anteriormente llamado El Orégano, el Salto del Ahogado, Tampico, Jaralillo, San José del Llano, La Ceja, Mesa de la Campana, Santa Cecilia y Vergel de la Sierra. Uno de sus ramales pasa por Las Vigas hasta llegar a la ciudad de León; otro pasa por San José del Tanque, Nombre de Dios, Ibarra, El Faro y termina en León.

 

4. Resultados

Entre los descubrimientos, es posible destacar que se consiguió clasificar los valores del PCI en tres grupos de manifestaciones, que a su vez pueden constituirse en núcleos de proyectos turísticos sustentables orientados a su puesta en valor y salvaguarda: a) valores culturales y espirituales (VCE), b) sabiduría ecológica tradicional (TEK), y c) tradiciones y costumbres (TC). Estos tres núcleos integran saberes, prácticas sociales y oficios tradicionales, remedios naturales, manifestaciones artísticas, valores paisajísticos, significados espirituales, eventos artísticos, fiestas, mitos y leyendas, que en conjunto proporcionan una identidad única y, por lo tanto, de alto valor intrínseco a la región.

 

Los elementos y valores estéticos y perceptuales, artísticos, sociales y etnológicos, orales y lingüísticos, religiosos y espirituales planteados desde el modelo conceptual elegido, se encuentran presentes, en mayor o menor medida, en las comunidades del ANP Sierra de Lobos (ver tablas 1 y 2). A continuación, se desarrollan algunos de los ejemplos.

 

Tabla 1. Síntesis de los hallazgos

VCE= Valores culturales y espirituales; TEK= Sabiduría ecológica tradicional; TC= Tradiciones y costumbres

Fuente: Elaboración propia.

 

Tabla 2. Algunas de las expresiones más relevantes

Fuente: Elaboración propia.

 

4.1. Ejemplo núcleo de valores culturales y espirituales

El valor que se tiene sobre la fauna se ve reflejada en la siguiente cita que hace alusión a las aves:
Los pájaros cantan anunciando la entrada de los climas. Cuando un pájaro canta en las tardes de invierno, te está anunciando que viene el frío, es un canto sufrido, un canto que anuncia algo desolado; cuando el mismo pájaro canta con una sonrisa, te está anunciando el agua o llamando al agua, está haciendo la oración para que el agua venga; cuando ya dejó de llover, también le canta a la lluvia, pero para que le dé un poco de oreo. El pájaro que le canta al viento en las mañanas sale con un silbido y se para arriba del nopal, es el único que canta en invierno, le está dando la bienvenida al viento […] hay un canto que es para las flores y las aves que les cantan a las flores son de colores. […] hay aves que le cantan a la cosecha, cuando ya se acabó el ciclo, cuando se acabó la flor, cuando ya se acerca el momento de cosechar, el canto de estas aves ya no es canto, sólo sonidos que nos dicen que ya está la semilla lista y lo vemos por ahí picoteando por todos lados. Los cantos de la tarde son para dar gracias, también para darle la bienvenida a la noche (comunicación personal, Jesús Alba).

 

4.2 Ejemplo núcleo de Sabiduría Ecológica Tradicional

La sabiduría empírica local sobre las plantas medicinales ha hecho que se busque proteger y conservar a las mismas; los responsables de dar los recorridos guiados por la zona arqueológica El Cóporo (ver figura 3), han optado por no especificar cuáles son las plantas utilizadas para remedios naturales al momento de cruzarse con ellas en el camino:
Antes sí mencionábamos los nombres de las plantas medicinales y las señalábamos, pero la gente empezó a arrancarlas de raíz y, sin saber la técnica correcta, se llevaban por montón […] Muchas veces ni las usan y las terminan tirando (comunicación personal, Luis).

 

El uso de plantas para remedios naturales (ver figura 4) se sigue utilizando de manera cotidiana en las comunidades locales. Aunque se dan a conocer las reglas a los visitantes, por parte de los guías del sitio arqueológico, éstas no suelen ser respetadas en su totalidad. Por lo tanto, el PCI juega un papel importante con los turistas, ya que éstos deben tener presente el valor que representa la naturaleza para la comunidad local y, a su vez, para el disfrute de ellos mismos.

 

En las zonas del ANPSL donde se hace el manejo forestal sustentable, se opta por podar las ramas viejas de los árboles para permitir espacio entre ellos y así puedan crecer otros nuevos. Las ramas se aprovechan para la leña o para la retención de nutrientes del suelo (ver figura 5).

Las ramas que se podan o las ramas viejas que se caen, se colocan como valla de contención para ir reteniendo los nutrientes en el suelo […] más adelante permite el florecimiento de más árboles (comunicación personal, Wenceslao / Don Eusebio).

 

La retención de nutrientes no se daría de forma inmediata y la reforestación natural de la sierra tardaría aún más tiempo; por un lado, no existiría el aprovechamiento sustentable y, por el otro, el atractivo paisajístico para los visitantes tampoco. La captación de agua es un factor relevante para todos: habitantes, visitantes, flora y fauna, para la agricultura y el ganado en el ANPSL.

 

No hay que olvidar que el área está situada sobre una cuenca y ésta filtra el agua para abastecer a las ciudades que le rodean. Una de las técnicas utilizadas para la captación es conocida como “tina ciega”, se hacen socavones de dos metros de largo por 40 cm de profundidad (ver figura 6), permitiendo que el agua se mantenga y, su vez, pueda nutrir el subsuelo. Otra forma de captación es la creación de pequeñas presas y bordos; de igual manera, les brinda a las comunidades locales la posibilidad de tener agua potable y subsistir.

 

4.3. Ejemplo núcleo de tradiciones y costumbres

Como ejemplo: juguetes para niños hechos a base de nopal, de manera más específica: cochecitos; juegos de competencia, uno de ellos llamado “gallitos”, el cual consiste en entrelazar dos flores y tirar de ellas en dirección opuesta para ver cuál es la más resistente, la flor que permanezca unida al tallo es el “gallito” vencedor (ver figura 7).

 

El aprovechamiento de los recursos naturales para la gastronomía local, entre los más utilizados: nopal, tuna, xoconostle (ver figura 8), piñón, biznaga, entre otros, para la elaboración de platillos locales, dulces y mermeladas, así como la muestra gastronómica feria de la cocina tradicional, realizada anualmente en el sitio arqueológico El Cóporo.

 

Las peregrinaciones por senderos de la sierra con motivos religiosos: cabalgata a la cabecera municipal San Felipe, en honor a San Miguel Arcángel (ver figura 9), la cual se lleva a cabo desde el siglo XVIII (Salinas, 2015) y la cabalgata por el Día de Reyes al ANP estatal con categoría de zona de restauración ecológica Cerro del Cubilete, en Guanajuato, el cual protege el entorno del Santuario de Cristo Rey (Bezaury-Creel, 2009).

Los visitantes que acuden a las festividades peregrinan desde distintos lugares del país, van descubriendo la variedad de los paisajes, las rutas, aprenden los distintos rezos y cantos, y se da una interacción entre éstos y los pobladores de las comunidades locales (Salinas, 2015), donde se transmiten conocimientos y la riqueza de los valores inmateriales. La población local acude a elementos de la naturaleza para vestir dichas festividades religiosas, ceremonias y fiestas, entre ellos se hace uso del sotol para elaborar coronas que decoren los templos y columnas (ver figura 10).

 

 

Por lo tanto, es necesario que se reconozcan y se respeten los conocimientos y las expresiones que se dan al interior del área natural protegida Sierra de Lobos; es cierto que las comunidades locales han ejecutado el aprovechamiento de los recursos naturales para su bienestar y subsistencia, pero es una cultura viva llena de costumbres y tradiciones, con normas sociales a su alrededor, con un conjunto de valores que les da un sentido de pertenencia y responsabilidad. Vale la pena detenerse y apreciar con atención la manera de apreciación del entorno que les rodea, la relación que tienen con éste, la historia que les caracteriza y la identidad colectiva (Mallarach et al., 2012).

 

4.4 Ejemplos de frases representativas del PCI en el ANPSL

Finalmente, cerramos este proceso de apreciación con las frases más destacadas obtenidas en las entrevistas personales a habitantes de la zona (ver tabla 3), las cuales manifiestan ese cariño y apreciación a la ANP, así como la importancia de su protección y adecuada explotación de sus recursos:

 

Tabla 3. Frases representativas

Fuente: Elaboración propia.

 

5. Discusión

Tomando como referencia el modelo de investigación de Esfehani y Albrecht (2016), donde se presentan tres modalidades del PCI: como parte del producto del destino y atracción para el visitante; como herramienta de conservación para los recursos naturales; y como herramienta de filtro sobre los comportamientos de los visitantes, se hace una comparación de éstos con los resultados arrojados en la investigación, con la finalidad de detectar las similitudes o diferencias con lo presentado en el modelo teórico.

5.1. El PCI como parte del producto del destino y atracción para el visitante.

En el ANP Sierra de Lobos, pocos son los visitantes que acuden teniendo una noción del PCI que se tiene en las comunidades, apenas comienzan a difundirse los elementos y valores existentes, empezando por la gastronomía y las fiestas religiosas. El turista acude principalmente al área natural por el paisaje, la naturaleza y la aventura. Aquí cabría señalar entonces, que el valor de las expresiones culturales propias no necesariamente es considerado en la misma magnitud por los visitantes y viceversa (González, 2021). El paisaje por sí mismo, aunque está directamente ligado a las actividades que realiza la comunidad, no es visto por esta como una parte de su propia expresión y por lo tanto no tendría un alto valor.

 

Sería necesario comenzar a gestionar, promover y difundir la riqueza biocultural existente en la zona, contemplando, en primer lugar, el bienestar local y el respeto a la cultura y naturaleza; en segundo, la satisfacción del visitante a través del conocimiento pleno de lo que disfrutará en el ANPSL.

 

5.2. El PCI como herramienta de conservación para los recursos naturales.

Los habitantes locales han decidido ser partícipes de la conservación de los recursos naturales interactuando como brigadistas contra incendios y siendo guardabosques voluntarios, lo cual ha ocasionado opiniones encontradas entre los propietarios particulares y ejidatarios. Unos han optado por el manejo sustentable de los recursos, buscando una certificación para obtener un beneficio directo, específicamente a través de los árboles para la producción de leña. Otros han optado por la conservación y reforestación, aplicando a los programas de pagos por servicios ambientales que otorga el gobierno. Ambos aspectos buscan la conservación de los recursos y forman parte de los valores detectados dentro de las comunidades locales.

 

5.3. El PCI como una herramienta de filtro sobre los comportamientos de los visitantes.

En la Sierra de Lobos se sigue observando poca consideración sobre la riqueza natural del ecosistema por parte de los visitantes: fogatas no vigiladas, restos de basura, mal uso de motos y cuatrimotos, vandalismo en cuevas y formaciones rocosas, maltrato a la flora y fauna, entre otros.
El PCI de las comunidades del ANPSL apenas comienza a generar un impacto positivo sobre los visitantes, pero aún falta mucho camino por recorrer. Para comenzar, es necesario que el turista, además de tener presentes los valores, pueda tener como ejemplo al mismo habitante, observar sus comportamientos y su pasión por el sitio que habita, esto para que pueda transmitirse de manera directa al visitante. Se destaca, asimismo, que en la Sierra de Lobos la necesidad de que las nuevas generaciones no pierdan el interés y el valor por el lugar en el que viven, con la finalidad de que sean capaces de transmitirlo a aquellos que visitan el área natural y no conocen aún la riqueza.
Entre dicha riqueza resaltan los saberes comunitarios, que pueden ser objeto de aprovechamiento turístico con enfoque sustentable, equilibrado y respetuoso, con el fin de salvaguardarles y que, a su vez, incidan en el empoderamiento colectivo comunitario, encaminados hacia una mejoría en el manejo del ANP y también hacia su conservación.

 

6. Conclusiones

Si bien las comunidades locales aún no están acostumbradas a la actividad turística como un “oficio tradicional”, es de esperarse que se incorpore a la vida cotidiana en el corto plazo, por lo que se hace evidente la necesidad de implementarlo con una gestión adecuada, que tome en cuenta el conocimiento local y el rescate de los valores culturales, y así se pueda insertar gradualmente en las actividades económicas y sociales de la población del ANPSL. Las formas para conseguirlo de manera efectiva en el futuro escapan a lo realizado en el presente estudio, lo que refleja la necesidad de realizar estudios a ese respecto, que tengan además la condición colaborativa con las comunidades, de modo que sea desde sus saberes, su estructura de gobernanza y sus propias decisiones razonadas, dialogadas y consensadas.
El Área Natural Protegida Sierra de Lobos, Guanajuato, sigue sin ser reconocida como tal, por parte de todos los habitantes locales del sitio, algunos, desconocen que se encuentran viviendo al interior de la zona protegida, otros, consideran que “Sierra de Lobos” es sólo una ubicación y otros más, desconocen las dimensiones y delimitaciones del área natural. Se considera pertinente difundir el plan de manejo entre las comunidades, así como sus derechos, obligaciones y las oportunidades que presentan al habitar en dicha zona.

 

Los resultados del estudio permiten apoyar, principalmente, a los interesados (estudiantes, académicos, organismos, instituciones, comunidades y habitantes locales) en ampliar su conocimiento sobre los valores y la riqueza biocultural del ANPSL, para entender cómo el patrimonio cultural inmaterial detectado tiene el potencial de ser una herramienta que permita la conservación y protección del área, así como la implementación de gestionar un turismo sustentable.

 

Los hallazgos aquí presentados constituyen un soporte para que las autoridades implementen, en el programa de manejo y futuras acciones, las estrategias pertinentes y respetuosas con la biodiversidad y habitantes locales, para evitar así, en mayor medida, los impactos negativos, abogando por un triple beneficio entre comunidad local, turismo y ecosistema.

 

Referencias

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Arizpe, L. (2006). Los debates internacionales en torno al patrimonio cultural inmaterial. Cuicuilco, 13(38), pp. 13–27. https://www.redalyc.org/pdf/351/35103802.pdf

 

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