VISITA A LA CAPILLA DE JESÚS MALVERDE: ENTRE LO OSCURO, LO RELIGIOSO Y LO TURÍSTICO

 

Resumen

Se analiza la visita al templo de Jesús Malverde en la ciudad de Culiacán, durante el festejo de su aniversario luctuoso. Mediante una metodología cualitativa se realizó un trabajo de tipo narrativo, apoyado con entrevistas semiestructuradas y ejercicios de observación participante y no participante, con registro cronológico y fotográfico. Se encontró que el fenómeno genera una motivación mayormente religiosa que atrae a población local, de origen nacional y extranjero, quienes conviven entre símbolos de narcocultura, práctica que también permite asociarlo al turismo oscuro.

 

Palabras clave: Culiacán, narcocultura, narcotráfico, turismo religioso, turismo negro.

 

VISIT TO THE JESÚS MALVERDE CHAPEL: BETWEEN THE DARK, THE RELIGIOUS AND THE TOURIST

Abstract

The visit to the temple of Jesús Malverde in the city of Culiacán, during the celebration of his death anniversary is analyzed. Using a qualitative methodology, a narrative-type work was carried out, supported by semi-structured interviews and participant and non-participant observation exercises, with chronological and photographic recording. It was found that the phenomenon generates a largely religious motivation that attracts the local population, of national and foreign origin, who coexist among symbols of narcoculture, a practice that also allows it to be associated with dark tourism.

 

Keywords: Culiacán, drug culture, drug trafficking, religious tourism, dark tourism.

 

1. Introducción

Culiacán, capital del estado de Sinaloa, México, concentra la mayor urbe en    la entidad, la cual se cuadruplicó de 1970 al 2010, mientras que en 2015 superó los 800 mil habitantes (Ibarra y Ceballos, 2015), densidad poblacional que muestra una actuación orientada al crecimiento desde el centro hacia la periferia (Acosta, 2019). La entidad también tiene el municipio con mayor diversidad de actividades productivas como el comercio, servicios inmobiliarios y de alquiler, construcción, producción alimentaria, actividades primarias como la agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza (Castro et al., 2022).

 

Si bien la actividad turística no era concebida como importante para Culiacán durante el siglo XX, hubo intentos de impulsarla a finales del periodo con el proyecto “Culiacán en el umbral de una nueva imagen. Estrategia de desarrollo turístico” (ITESM, 1995). Pese a ello, fue hasta la primera década del siglo XXI que las autoridades municipales consideraron las bondades del turismo al impulsar y posicionar al destino de forma estratégica en el segmento de reuniones (Larrañaga y Pérez, 2015), aprovechando el contexto político y administrativo al ser la capital del estado y sede de actividades agrícolas con productos de exportación.

 

En la actualidad, el turismo en la capital sinaloense reviste mucha importancia, a nivel estatal representa el segundo destino en importancia después del puerto de Mazatlán (ver tabla 1), tan solo en el 2020 registró 678,035 turistas (Datatur, 2021). Incluso, desde el punto de vista empresarial vinculado al sector servicios, específicamente al restaurantero, registra un aumento constante de su cuota de mercado, de su rentabilidad y nivel de productividad cimentada en la lealtad de sus clientes (Leyva-Duarte et al., 2022).

 

Tabla 1. Llegadas de turistas a destinos de Sinaloa durante el 2020

Fuente: Elaboración propia con base en datos de DATATUR (2021).

 

De esta manera, la ciudad de Culiacán pasó de ser un viejo asentamiento de agricultores y comerciantes para convertirse en una “metrópoli con equipamientos urbanos colectivos, instituciones y estilos de vida plurales” (Ibarra y Ceballos, 2015, p. 185), que forman parte de un panorama urbano contemporáneo que generalmente son resultado de la constante edificación de las dinámicas políticas y socioculturales que ahí se viven (Meza y Godoy, 2022).

 

Adicionalmente, la ciudad posee una imagen de violencia e inseguridad que permanece en el imaginario social, visible a través de su arquitectura, fortificando sus asentamientos o edificios con la intención de evitar cualquier tipo de agresión (Ibarra y Ceballos, 2015). Por ello, no es raro que a Culiacán se le considere como una urbe insegura, en la que ciertos segmentos de la población sienten temor al crimen (Nava y García, 2021), en un tipo de violencia que es esencialmente asociado al narcotráfico, fenómeno que posee diversas manifestaciones económicas, políticas, legales, y socioculturales (Santamaría y Flores, 2015).

 

El narcotráfico también se piensa como “un asunto cultural que despliega sentidos, creencias y prácticas cotidianas” (Valenzuela et al., 2017, p. 69). Existe una iconografía que se ha manifestado de distintas maneras (Flores y Sánchez, 2018; Córdova, 2012): en la música por los narcocorridos (Valenzuela et al., 2017), en la muerte con los cementerios (Fernández, 2010), convirtiéndolos en pequeñas ciudades, mediante la proliferación de cenotafios, huella física de muerte y dolor (Ibarra y Ceballos, 2015); en la arquitectura con las casas, residencias e inversiones inmobiliarias cuyos paisajes generan atracción especial (Méndez, 2012).

 

Asimismo, desde el punto de vista religioso, se registran desplazamientos motivados para conocer o reverenciar al “Santo de los narcos” Jesús Malverde, cuya capilla se ha convertido en un centro de peregrinaciones (Rocha, 2019), de paseos turísticos y recreativos donde es posible admirar elementos y simbolismos característicos del narcotráfico (Santamaría y Flores, 2015), manifestaciones que han convertido a Culiacán en un destino donde algunos espacios que los delincuentes ocupan se erigen en atractivos turísticos (López y Van Broeck, 2018).

 

La capilla de Jesús Malverde ha sido estudiada a partir de su diseño físico o arquitectónico, a través de perspectivas historiográficas en torno al personaje, o la exploración de elementos como la fe (Fernández, 2010), al culto que interactúa entre las fronteras de las creencias y prácticas religiosas asociadas al tráfico de narcóticos (Rocha, 2019), cuya fama aumenta con el tiempo, registrándose procesiones nayaritas, duranguenses, sonorenses, bajacalifornianas, incluso extranjeras, desde territorios como Arizona en Estados Unidos (Sada, 2001).

 

Existen múltiples dimensiones en torno al culto hacia Malverde, cuyas producciones históricas y culturales reflejan una realidad híbrida dentro de la modernidad (Gómez y Park, 2013). No así desde la perspectiva teórica vinculada al turismo oscuro, fenómeno que ha sido poco investigado tanto en México como en Iberoamérica, por lo que es necesario aumentar su conocimiento (López y Van Broeck, 2018), segmento que puede resultar tan agradable y atractivo o causar temor  si se visita (Hernández y Lesmes, 2021). Se cuestiona entonces si la asistencia a la capilla del llamado Santo de los narcos obedece a factores de empuje colectivo, o representa más que todo decisiones individuales, tal como se cuestionaron Guerrero et al. (2018), al indagar al respecto entre visitantes al museo de las momias  en Guanajuato, México.

 

A partir del contexto anterior, se presentan interrogantes que sirven de guía para   el estudio: ¿Cuáles son las razones que llevan a los visitantes y población local a participar en los festejos del aniversario luctuoso de Jesús Malverde, en la ciudad de Culiacán?; ¿De qué manera interactúan las personas que acuden a dichos festejos? Por consiguiente, el objetivo principal es analizar las principales motivaciones que  se identifiquen, determinando sus causas y la forma en la que se interactúa.

 

2. Antecedentes teóricos sobre turismo religioso y oscuro en torno a la capilla de Malverde

La práctica del turismo religioso se asocia con individuos que realizan desplazamientos hacia sitios con atractivos de tipo espiritual, aunque no se profese una religión (Maldonado, 2012). La Organización Mundial del Turismo (OMT) no sólo reconoce lo esencial que resultan los traslados turísticos de este segmento, destacando su constante crecimiento y la posibilidad de ser practicado sin distinción de clase social (Roldán et al., 2018), incluso se ha comercializado entre viajeros de la tercera edad y de bajo ingreso (Morillo, 2011).

 

Si bien es una clase de turismo que se mantiene ferviente a estimulaciones de tipo espiritual, (Roldán et al., 2018; Maldonado 2012), algunos especialistas difieren a la hora de caracterizar al turista y peregrino, tal es el caso de Robichaud (1999), quien afirma que este último es un viajero en busca de algo fuera de lo familiar, mientras que el turista es reconocido mayormente por las cámaras y souvenirs que emplea para recordar el viaje. Sin embargo, Romo (2000), no sólo vincula la peregrinación con la práctica turística, sino que asevera que la conducta de ambos es similar durante el viaje y estancia, siendo la motivación el único elemento diferenciador. En este mismo sentido, para Fernández (2023), existe cierto nivel de interdependencia entre distintos elementos, de los que se destaca el patrimonio cultural, la identidad regional, la necesidad de consuelo espiritual, de recreo y diversión. Por lo que se debe hablar de un consumo de tipo cultural, religioso y turístico al mismo tiempo.

 

Autores como Polus et al. (2022) consideran que se debe profundizar más en la interrelación que existe entre peregrinación y turismo, a fin de encontrar una manera más holística de comprender sus matices de forma más clara, ya que sus límites se han vuelto borrosos. Mientras que Korstanje y Olsen (2020), aunque de manera teórica, reconocen la existencia de interconexiones entre el turismo oscuro y los viajes de peregrinación/religiosos por lo que hacen un esfuerzo por categorizarlos en cuatro momentos.

 

En cuanto al turismo oscuro, es un término que se usó por primera vez a mediados de los años noventa del siglo XX (Stone y Sharpley, 2008), asociado a un fenómeno que comenzó a observarse en el Reino Unido y que se ha extendido en todas las regiones del planeta (Carrasco et al., 2015). Para Stone (2006), es un acto donde se viaja a sitios relacionados con el fallecimiento, el sufrimiento y la figura macabra, mientras que para Gabašová (2014, p. 6) es el “resultado de la conversión de los lugares de peregrinación, lugares afectados por alguna tragedia, monumentos, museos, santuarios y cementerios en atracciones turísticas”.

 

A partir de la segunda década del siglo XXI, el turismo oscuro ha sido abordado de diversas perspectivas conceptuales, teóricas y de tipo metodológica. En ese sentido, López y Van Broeck (2018) hacen un análisis cronológico de las principales publicaciones sobre el tema en México, encontrando que la mayoría se centra en análisis de tipo cualitativo; Morales et al. (2017) evalúan el potencial del fenómeno para comercializarlo como parte de la diversificación de la oferta turística en una ciudad española; Santamaría y Flores (2015) describen cómo la detención de un capo de la droga reactivó paseos turísticos denominados narcotours en Mazatlán, México; Carrasco et al. (2015) profundizan en los principales motivos, experiencias  y características que poseen las personas que participan en ellos.

 

Otros autores han contribuido en categorizaciones, por ejemplo: Korstanje (2014) especifica una serie de axiomas, resaltando la autenticidad como elemento diferenciador de su calidad, por lo que la comprensión de los eventos traumáticos y el grado de sufrimiento está ligado a su nivel de atractividad. Zerva (2011) advierte la imposibilidad de concebir un destino o la práctica del turismo oscuro en una sola tipificación, pero considera patrones como la autenticidad, la cualidad de no comercial y ser suceso de carácter reciente. Finalmente, Stone (2006) propone un esquema basado en espectros o tonos de intensidad oscura, dependiendo de ciertas características, percepciones y rasgos del producto, útil para explorar la demanda, las motivaciones y las experiencias de los consumidores.

 

Independientemente del término, tipología o forma de abordaje, el turismo oscuro se ha comercializado de forma cada vez más organizada (Gabašová, 2014). En la ciudad española de Córdoba se ha propuesto una ruta donde los fantasmas sean el principal atractivo (Morales et al., 2017); la visita a castillos de esclavos en la costa occidental africana (Mowatt y Chancellor, 2011); viajes hacia la ciudad de Nueva York, sede del desaparecido World Trade Center (Tarlow, 2005). Mientras que en México también se registran diversas expresiones en Ciudad de México, Guanajuato, Mazatlán y Culiacán en Sinaloa (López y Van Broeck, 2018).

 

Desde la perspectiva del turismo oscuro, la ciudad de Culiacán ha sido estudiada a través de los narcotours por autores como Garzón (2008), Dueñas (2008) y Flores (2007), destacando entre ellos la capilla dedicada a Jesús Malverde, sustentado en un modelo de bandido generoso (Flores y González, 2006), cuyo mote Malverde:
[…] provino de las ocurrencias de sus andanzas, cacerías y atracos, pues generalmente se ocultaba a la vera de los caminos embozando con el camuflaje de amplias hojas verdes de los platanares, que le permitían acechar y sorprender a sus víctimas. Así habría sido forjado, entonces, el mal verde” (Córdova, 2011, p. 242).

 

Este personaje se convirtió en un símbolo relevante en el mundo del tráfico de narcóticos, a tal grado de considerarlo como su santo o patrono; es por ello que en dicha capilla se pueden observar diversos elementos que así lo demuestran, como billetes en moneda nacional o extranjera, escritos con solicitudes o agradecimientos por los éxitos obtenidos, fotografías, ofrendas, entre otros (Mondaca, 2014). Sánchez (2009, p. 94), va más allá y considera que “los narcotraficantes idolatran con gran fervor a este bandolero y, a la par, pretenden encarnar en él, imitando sus hazañas, sus actitudes y su conciencia comunitaria”.

 

Lo anterior se explica por la narcocultura, es decir, el “conjunto de elementos materiales y simbólicos relacionados con el narcotráfico y los narcotraficantes (así como sus admiradores), al punto de caracterizarlos y construir identidad” (Núñez, 2017, p. 46), misma que funciona como una caja de resonancia en la que se “expone e impone estilos de vida muy concretos a través de formas objetivadas de la cultura: el consumo, la violencia, el entretenimiento, las artes, las modas, la arquitectura, la vestimenta, los narcocorridos” (Mondaca, 2014, p. 37), entre ellas evidentemente también se encuentra el culto a Malverde.

 

A partir de la década de los setenta del siglo XX, cuando se construye la capilla en   su domicilio actual, los narcotraficantes se apoderan culturalmente de su imagen  de santo (Sánchez, 2009). Actualmente, el sitio está abierto al público las 24 horas del día; una parte de sus fieles corresponden a los sectores sociales más necesitados (Córdova, 2007) y no tan pobres (Mondaca, 2014). Es un espacio de culto y festivo donde la música, el baile, las charlas y consumo de bebidas alcohólicas es invariable, donde el fervor, las ofrendas, juramentos y plegarias forman parte significativa de su ceremonial (Flores y González, 2006), sobre todo el día del aniversario de su muerte (Flores, 2007).

 

Sin tener un número que ayude a precisar la cantidad de personas que acuden a la capilla al año, existe evidencia de que el sitio ha motivado el desplazamiento de extranjeros (Sánchez, 2009), así como de habitantes del interior de la República (Flores 2007). Inclusive, se han levantado otras capillas en Tijuana, Badiraguato, Ciudad de México y Chihuahua, así como fuera del territorio, en Cali, Colombia, y Los Ángeles, California (Santamaría y Flores, 2015).

 

3. Metodología

La presente investigación, con relación a su alcance, es un tipo de disertación descriptiva con el propósito de analizar las principales razones que motivan a los visitantes y población local a participar en los festejos del aniversario luctuoso de Jesús Malverde, en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, en medio de un contexto de fe, religiosidad, turismo y narcocultura. Asimismo, el estudio está cimentado en un enfoque cualitativo y no probabilístico; la población bajo estudio está representada por las personas que acuden a la capilla de Jesús Malverde durante el festejo ya mencionado, cuyo tamaño se circunscribe al tipo de estudio etnográfico básico (de 20 a 30 casos), establecidos sólo como referencia, ya que la cantidad es limitada por el investigador (Hernández et al., 2014).

 

De igual manera, con el propósito de conformar el antecedente teórico del trabajo, se procedió a revisar la literatura disponible acerca del turismo religioso, turismo oscuro, narcocultura y la capilla de Jesús Malverde en fuentes de información impresa y digital, principalmente de libros, revistas académicas y de investigación. Dadas las características y objetivos establecidos en la investigación de enfoque cualitativo, las técnicas de campo utilizadas fueron la observación no participante y la entrevista semiestructurada, en un contexto de estudio de tipo etnográfico básico, utilizando para ello el método inductivo y analítico.

 

Por lo anterior, se aplicaron 18 entrevistas semiestructuradas de corta duración a visitantes durante el festejo del Santo Malverde en Culiacán, el 3 de mayo de 2016. Además de ejercicios de observación no participante a 200 unidades observacionales (personas que asistieron al festejo). Se apoyó la investigación de campo con un registro cronológico y fotográfico, auxiliado por una bitácora para las anotaciones, cuyas principales manifestaciones se describen en orden cronológico y narrativo en la sección de los resultados, tal como lo permite la observación directa, tanto en el ambiente físico como el social y humano.

 

4. Resultados

Se describen de forma narrativa los sucesos observados de las 06:00 a las 15:00 horas, en Culiacán, Sinaloa, el 3 de mayo de 2016, en los festejos del 107 aniversario luctuoso de Jesús Malverde. Dentro de la capilla se observan distintos elementos  relacionados con la narcocultura, desde fotos y billetes con mensajes y muestras   de agradecimiento, hasta venta de souvenirs con la imagen del Santo en camisas, placas de automóviles, entre otros productos (ver figura 1).

 

Figura 1. Vista parcial del interior de la Capilla de Malverde

Crédito: Autores.

 

06:00 horas: en la capilla era poco el movimiento, se observaba parcialmente sola. Sólo dos personas dentro de ella son las responsables de la atención y     su cuidado en esos momentos. Una hora más tarde inician las preparaciones del festejo con la instalación de carpas frente a la capilla para cubrirse del sol, además de sillas para los asistentes. Así mismo, algunos vendedores de aguas de sabor y natural, comida regional y de la denominada chatarra, también empiezan a instalarse (ver figura 2).

 

Figura 2. Preparativos previos al festejo

Crédito: Autores.

 

08:00 horas: llega un grupo musical del género “norteño-banda” y junto con él un grupo de seis personas que empiezan a beber whisky, combinado con hielo y bebidas energéticas. El grupo toca corridos y canciones regionales, algunas de ellas alusivas a Jesús Malverde. Durante el transcurso de una hora es posible contabilizar alrededor de 150 personas, la mayoría son habitantes de Culiacán. Llama la atención una familia proveniente del estado de Nayarit, vistiendo trajes típicos de la región, quienes argumentaron que acuden cada vez que les es posible, aunque ya tenían tres años sin asistir al festejo. Otro grupo de personas más numeroso llegó desde Monterrey a bordo de una camioneta rentada, mencionaron que ahí mismo dormían y que habían llegado dos días antes, tal como se puede aprecia en la figura 3.

 

Figura 3. Primeros visitantes foráneos en la capilla

Crédito: Autores.

 

09:00 horas: inicia la preparación de juegos artificiales que serán utilizados ese día. Llegan más personas a la capilla y proceden a sentarse en las sillas a esperar la salida del Santo. Como nota curiosa, se observó también la instalación de una mesa donde se comercializaban servicios funerarios, aprovechando así la marcada concurrencia en el sitio.

 

10:00 horas: fotografías y videos de la prensa nacional y extranjera que cubre el festejo se centran al exterior e interior de la capilla, entrevistan particularmente a personas con indumentaria indígena, individuos con camisas llamativas o tatuajes de Malverde, así como a las personas a las que ameniza el grupo musical mientras beben (ver figura 4).

 

Figura 4. Prensa nacional y extranjera en el evento

Crédito: Autores.

 

11:00 horas: es posible observar a algunos investigadores y estudiantes tomando notas, video y haciendo entrevistas a los asistentes. El sitio luce más concurrido, la gente sigue arribando y saturan el interior de la capilla. Se observa una caravana numerosa procedente de Querétaro, llegaron a Culiacán en camión rentado y cada uno de los integrantes trae una camisa alusiva al aniversario de Jesús Malverde (ver figura 5).

 

Figura 5. Visitantes con camisas confeccionadas para el festejo

Crédito: Autores.

 

11:30 horas: arriba la camioneta en la que será montado el busto del Santo , la adornan para iniciar con el recorrido. Dicho vehículo es el que se ha utilizado durante los últimos años para realizar el paseo. Entre los asistentes se escucha que fue donada por un “narco” al encargado del templo para realizar la peregrinación (figura 6).

 

Figura 6. El santo sale de su Capilla

Crédito: Autores.

 

Como parte de la decoración colocan una manta blanca para que ahí descanse el busto, así como arreglos florales alrededor de la parte frontal del vehículo. Una vez que terminan, algunas personas aplauden, otros reparten agua natural en botellas la cual es mayormente utilizada para bañar al Santo y frotar su cabeza como señal de bendición, incluso algunos de los individuos presentes le dedicaron ciertas palabras en voz baja, razón por la cual no se pudo comprobar qué tipo de reverencias o comentarios se hacían.

 

El responsable de la capilla ofrece diversas botellas de alcohol, vinculadas a la narcocultura pues son mencionadas en muchos corridos; por ejemplo, el whisky de la marca Buchanans, botellas de coñac Remi Martín, diferentes marcas  de tequila y cervezas con el fin de bañar al Santo y que froten las personas sus manos sobre él. En ese momento algunas personas le ponen un sombrero a Malverde, se acercan niños y pequeños altares con su figura.

 

Previo al inicio del recorrido, se lanzan cohetes mientras que el sonido local instalado en la capilla emite solamente canciones y corridos alusivos a Jesús Malverde, que rememoran parte de su vida y favores que ha concedido a narcotraficantes. Los encargados de la capilla y de la camioneta que iniciará el paseo del Santo dan entrevistas, algunos asistentes se toman selfies, sobresale entre ellos un individuo vestido de payaso. Llama la atención la colocación de globos rojos y verdes, algunas personas explican que el color de la marihuana es verde y por eso se usan, cabe mencionar que dicha planta es elemento distintivo que está presente en muchas de las camisas y souvenirs del Santo en el lugar.

 

12:00 horas: inicia el recorrido de la camioneta, se avisa mediante el sonido constante del claxon. Se colocan dos tamboras (músicos de viento), una delante de ella y otra detrás del vehículo, esto con el fin de que no se detenga la música, una comienza y la otra inicia una vez que la primera termina su canción.  Es posible observar la presencia de una persona con un atuendo de los indios “mayos”, que baila la danza del venado (ver figura 7).

 

Figura 7. La música de viento

Crédito: Autores.

 

Conforme avanza el vehículo, la multitud se coloca delante y detrás de él, algunos bailando al ritmo de la música. La mayor parte son jóvenes, mientras que varios adultos se quedan en las sillas fuera de la capilla esperando el regreso de la procesión. Al pasar por algunos edificios, la gente sale a presenciar la peregrinación, incluso capturan imágenes desde sus teléfonos celulares. Cabe mencionar que el recorrido es vigilado desde el principio por tránsito municipal, que controla el tráfico durante la jornada.

 

12:30 horas: en el trayecto se hacen constantes pausas para seguir bañando  de alcohol a Malverde; además, parte del líquido se ofrece a los asistentes que así lo deseen, beben junto al Santo (ver figura 8), y siguen bailando todo el recorrido de forma alegre.

 

Figura 8. La bebida

Crédito: Autores.

 

En ocasiones las personas exclaman: “Arriba Malverde”, acto seguido, a coro otros responden “arriba”. Al busto del Santo, en la camioneta, poco a poco le fueron colocados collares de oro y plata por parte de los organizadores, así como dólares que le dejan algunos asistentes como agradecimiento (ver figu-  ra 9). En promedio, cada 10 minutos la camioneta que avanza lentamente es detenida para seguir con el mismo rito: baño de alcohol al busto de Malverde, bailes, tocan su cabeza, toman fotos, gritos, risas, un ambiente de fiesta.

 

Figura 9. El rito

Crédito: Autores.

 

Una persona saca una bolsa de confeti, lo avienta entre la multitud y exclama: “Qué bonito Culiacán” y otra le dice “y Michoacán”, entidad de la que provenía.

Durante el recorrido, algunas personas se suman a la peregrinación, la música de banda continúa. No obstante, al llegar al cruce de una avenida importante de cuatro carriles en dos sentidos, se detiene el tráfico y es evidente la molestia por parte de algunos conductores, mientras que otros sonríen y sacan sus celulares para tomar fotografías.


13:25 horas: una vez que recorren la avenida principal, el rito continúa con sus constantes pausas, baños al Santo, gritos, fiesta. Llama la atención una persona de aspecto extranjero, en un momento que se detiene la camioneta saca un cigarro de marihuana y empieza a fumarlo, muchos le festejan a su alrededor, otro individuo de aspecto asiático se acerca y le pide uno, por lo que ahora   son dos los que fuman, en un momento en el que aún se discutía en México su legalización (ver figura 10).

 

Figura 10. El festejo

Crédito: Autores.

 

15:00 horas: la peregrinación va de regreso a la capilla, el ritual continúa como al principio. Se aprecia cómo los organizadores, todos con una camisa distintiva con los apellidos de una familia, reparten boletos para que la gente reciba comida gratuitamente a un costado del lugar. Algunos niños con boleto en mano también recibirán juguetes por la tarde. Poco a poco la gente se retira, otros llegan y al caer la noche el ambiente se va extinguiendo, dando fin a la jornada.

 

Como parte de los resultados de las 18 entrevistas semiestructuradas aplicadas, se seleccionó a personas que por su apariencia y actitud en la capilla evidenciaban provenir de sitios fuera de Culiacán. Entre las principales localidades de procedencia destacan California, Monterrey, Nayarit, Guerrero, Michoacán, Baja California, Distrito Federal, Estado de México, Durango, así como de municipios sinaloenses como Navolato, La Cruz de Elota, y pueblos cercanos como Quila y El Dorado, entre otros.
En cuanto a movilidad, ocho visitantes utilizaron el auto como medio de transporte, tres en autobús, uno en avión y el resto no respondió. 15 de ellos llegaron con familia, dos con amigos y uno solo. 15 de los entrevistados habían visitado la capilla de Malverde en otras ocasiones y el resto era su primera vez. Por último, entre los principales motivos de su desplazamiento, la mayoría (15 personas) estaba en el sitio para visitar al Santo, celebrar su aniversario y pedir un favor; en cambio, sólo uno de los entrevistados mencionó que acudió al Santo Malverde solicitando encontrar trabajo pronto, mientras que otras dos personas iban a cumplir una manda.

 

Cabe mencionar que en una charla informal con el recepcionista del hotel donde se descansó una noche antes del festejo, quien preguntó el motivo de la visita, al mencionarle el estudio comentó que ese centro de hospedaje también ha registrado personas con ese objetivo en otras ocasiones, pero considera que tuvo mayor impulso una vez que salió al aire la telenovela “La Reina del Sur”, pues al tener escenas filmadas ahí, piensa que la gente empezó a conocer más la capilla; él ha visto como personas del interior de la República han preguntado por el sitio, así como a nivel internacional, “hasta de Brasil han venido”, comentó.

 

4.1 Hallazgos

Este estudio pone en evidencia distintas prácticas asociadas tanto al turismo oscuro como al religioso, en concordancia con las características de la información encontrada en literatura especializada del tema. Por un lado, es indudable el elemento de la religiosidad, donde la fe, la peregrinación y la devoción a un Santo forman parte de los principales motivadores, tal como lo expresaron Roldán et al. (2018), Martínez y Trejoluna, (2017), y Maldonado, (2012). Por otro, desde la perspectiva metodológica empleada en este artículo, que de manera similar desarrolló Mora (2018), dirigida a entender parte de la dinámica social que se genera en el turismo religioso al visitar un santuario, se concluyó que no sólo representó un espacio sagrado, sino también recreativo.

 

En este mismo sentido, se evidenciaron motivaciones vinculadas con la muerte y el sufrimiento (Korstanje, 2014; Zerva, 2011; Stone, 2006), incluso Ordóñez-Valverde et al. (2023), al hacer una revisión de la literatura vinculada a diferentes niveles de interacción humana asociada a la criminalidad, encontraron que los grupos que viven en un entorno de ilegalidad se han apropiado de diferentes prácticas y creencias mágico-religiosas, principalmente por concebir que de esa manera obtendrán protección, poder y defensa ante sus enemigos. Situación que también se pone en evidencia en este estudio a través de los diversos mensajes en forma de solicitud o agradecimiento por haber sido beneficiados en un hecho ilícito, pero que de igual forma trasciende al campo religioso, ya que también se pide por la salud de personas, por lo que la fe también es elemento trascendental de parte de los que visitan la capilla de Jesús Malverde.

 

5. Conclusiones

A pesar de ser un estudio de caso de alcance descriptivo, con un breve periodo de observación que no permite la generalización del fenómeno, lo vivido en el aniversario de Jesús Malverde pone en evidencia, por un lado, las múltiples manifestaciones que rodean el aniversario luctuoso del Santo, y por otro, las distintas motivaciones, entre las que sobresale lo religioso, lo espiritual y hasta lo oscuro, en menor medida, siendo la primera de ellas la peregrinación como elemento distintivo principal, mientras que el significado y elementos asociados a la narcocultura son los elementos vinculantes a lo oscuro. Por ello, aunque con pautas de comportamiento muy particulares, están presentes en el fenómeno estudiado, reconociendo su principal semejanza en la intención de visitar el recinto o ver al Santo, con la meta de ofrecer su devoción y admiración religiosa.

 

Resultó indiscutible que el sitio no posee un fin de lucro organizado, no existen esfuerzos formales por comercializarlo, rasgo señalado por Gabašová (2014), como parte de las cualidades actuales de este tipo de actividades. En el caso de la capilla de Malverde, si bien se ofertan algunos souvenirs asociados al Santo, esto se hace de manera rudimentaria, como parte de la demanda de los mismos visitantes por tener un recuerdo de su viaje, que el mismo responsable del sitio decide cuáles hacer y establece su precio.

 

De acuerdo con la clasificación de Zerva (2011), la capilla de Malverde puede considerarse como parte de los destinos oscuros reales del pasado, que a pesar de existir controversia histórica alrededor del personaje en cuanto a la certeza de su existencia (Córdova, 2011), es un fenómeno real, originado por un acontecimiento trágico, relacionado con la muerte y con formas de devoción y fe religiosa. Es un centro generador activo de la llamada narcocultura entre las representaciones sociales de los individuos que lo visitan. No obstante, contrario a los resultados presentados por Guerrero et al. (2018), quienes analizaron los factores que propician la visita al museo de las momias en Guanajuato, no se vislumbran factores de arrastre colectivo, sino más bien decisiones conscientes de tipo personal.

 

El interés que origina el desplazamiento hacia la capilla de Malverde, la participación en el aniversario luctuoso, la adquisición de un elemento distintivo del sitio y compartir un recuerdo visual del momento ayudan a promover símbolos oscuros y/o religiosos. Es una práctica e interés que giran alrededor de personajes malhechores vinculados directamente con la violencia, el crimen, el dolor y la muerte, que de forma combinada engendran un interés con capacidad para convertir zonas en atractivos turísticos, tal como sucede con Jesús Malverde en México, Pablo Escobar en Medellín (Colombia), Al Capone en Chicago (Estados Unidos), o Corleone en Sicilia (Italia), cuyos decesos, aunque sucedidos tiempo atrás, los coloca en un plano espiritual que va más allá de la comprensión humana, tal como lo señaló Rocha (2019). Por ello, en sintonía con lo planteado por López y Van Broeck (2018), es necesario ampliar las investigaciones en torno a este fenómeno desde diversas propuestas teórico y metodológicas.

 

Referencias

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