LA RELACIÓN ENTRE EMPRESA TURÍSTICA Y DESARROLLO SOSTENIBLE EN LAS TEORÍAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES. UNA PROPUESTA ESQUEMÁTICA PARA SU ABORDAJE

 

Resumen

Con el objetivo de organizar la profusa producción teórica que enmarca los estudios del desarrollo sostenible de empresas turísticas, a manera de mapa o guía que facilite su accesibilidad, se realizó una revisión analítica de la fundamentación de la producción académica publicada entre 1970 y 2014. Como hallazgo destacable se corroboró que la corriente principal que aglutina trabajos fundamentados en las teorías de la responsabilidad social empresarial (RSC), se enmarca en el (NEO)positivismo, si bien también se identificaron trabajos fundamentados en otros enfoques teórico filosóficos.

 

Palabras clave: Teoría organizacional, teorías sociales, desarrollo sostenible, empresas turísticas, revisión.

 

 

THE RELATIONSHIP BETWEEN TOURISM ENTERPRISES AND SUSTAINABLE DEVELOPMENT IN MANAGEMENT AND SOCIAL THEORIES. A SCHEMATIC PROPOSAL FOR ITS APPROACH

 

Abstract

An analytical review of the abundant academic production on organizational and administrative theories that have been developed from 1970 to 2014 to explain and frame the studies of tourism enterprises and their relationship with the natural environment and sustainable development is presented. The main finding shows that the mainstream focuses on corporate social responsibility theories (csr) and is framed in a positivist approach while other theoretical philosophical approaches were identified.

 

Keywords: Organizational theory, social theories, sustainable development, tourism enterprises, review.

 

Introducción

El interés en el estudio de la relación empresa-naturaleza ha crecido de manera exponencial en los últimos 30 años, no solo en el ámbito de las organizaciones ecologistas o académicas, sino en el de las organizaciones empresariales, gubernamentales y de la sociedad civil en general. La vieja idea de que las organizaciones lucrativas solo deberían preocuparse y ocuparse por llenar los bolsillos de los inversionistas, sin distraer sus recursos y capacidades en otros objetivos, ha perdido brillo y, por el contrario, cada vez se encuentra con más oposición (Aguilera, Rupp, Williams y Ganapathi, 2007).

 

La problemática de la explotación ilimitada que como humanidad en general y a través de las empresas en particular hemos hecho de los recursos naturales ha propiciado que este tema se integre a los estudios empresariales que durante mucho tiempo se habían enfocado únicamente a explicar y desarrollar estrategias y acciones que incidieran en la eficiencia y la eficacia económicas (Young y Tilley, 2006). Desde la Cumbre de Río se ha disparado exponencialmente la elaboración de trabajos que incorporan el desarrollo sostenible, ya sea como variable, como factor contextual o del entorno, como objetivo o como restricción fundamental o marginal; esos esfuerzos han incluido ya en un cuantioso número a las empresas turísticas (Farrell y Twining-Ward, 2005).

 

En el ámbito del turismo, probablemente desde mucho antes de la Cumbre de Río, pero con mayor insistencia a partir de ella, la relación de la actividad económica de las organizaciones con la naturaleza ha estado presente debido a diversas razones, principalmente a la condición misma de que los viajes turísticos dependen de los recursos naturales que resultan atractivos para el viajero: playas, montañas, variados paisajes, y la diversidad natural y cultural del mundo. Si bien durante largo tiempo la responsabilidad sobre la conservación de los recursos en el campo de los estudios turísticos se atribuyó a los organismos gubernamentales, esa visión se ha ido transformando, en la misma medida en que ha ocurrido con los estudios empresariales en general (Inoue y Lee, 2011).

 

A pesar de la vasta existencia de trabajos, una primera dificultad que se encuentra quien pretenda involucrarse en un estudio que vincule la empresa turística con la naturaleza es identificar y seleccionar un marco teórico adecuado; esa situación no solo se presenta en el ámbito de los estudios turísticos, sino que ha sido señalada también al realizar estudios centrados en las organizaciones empresariales en general. La cuestión de proponer estudios consistentes teóricamente que, por una parte, favorezcan la explicación de lo que sucede en las organizaciones y, por otra, las vincule en su dinámica y estructura con la naturaleza no es algo novedoso, sin embargo, sigue estando en discusión. Asimismo, el problema de plantear estudios consistentes teóricamente en el campo del turismo tampoco es nuevo, pero al igual continúa en debate, como afirman Jafari (2001), Nechar y Netto (2011) y Tribe (1997 y 2000).

 

En este sentido, el objetivo que se estableció al elaborar el presente artículo fue mostrar una visión general de las aproximaciones teóricas que sustentan la investigación de la relación de la empresa turística con el desarrollo sostenible, las relaciones entre ellas, con la teoría general de la administración y las teorías sociales generales, a fin de que el texto sirva de orientación, guía o mapa para los investigadores interesados en el desarrollo sostenible y la empresa turística. Esta intención puede ser percibida como ambiciosa en extremo, sin embargo, como puede verse en las siguientes líneas, se trata de una propuesta fundamentada en el trabajo de otros muchos y que en efecto ha servido como guía para el que firma este documento; se espera que resulte de utilidad también para los lectores.

 

En el apartado de antecedentes de este artículo se delimita el ámbito del análisis: la relación empresa turística-desarrollo sostenible y los distintos niveles y dimensiones desde los que se ha investigado esta relación en la literatura académica. A continuación, se presenta la metodología utilizada para analizar la información teórica, la cual por su naturaleza consistió principalmente en abstracciones que oscilaron entre la deducción y la síntesis. Enseguida se exponen, en dos apartados, los resultados obtenidos del análisis: el primero muestra la relación entre teorías generales de la sociedad y teorías generales de la administración, enmarcadas en los tres paradigmas clásicos del conocimiento científico; el segundo apartado presenta una panorámica general de las perspectivas teóricas para estudiar la relación entre empresas u organizaciones y el desarrollo sostenible; estas se abordan en cuatro acápites: a) la teoría de las capacidades y recursos de la empresa, b) la teoría de la responsabilidad social corporativa (RSC), c) la teoría de las distintas perspectivas en la RSC, y d) otras teorías que relacionan a la organización con su entorno natural y el desarrollo sostenible; en cada perspectiva se brindan referencias a trabajos aplicados en empresas u organizaciones turísticas fundamentadas en cada vertiente. Por último, se ofrecen reflexiones finales del artículo a manera de conclusiones.

 

1. Antecedentes

En este apartado se discuten algunos elementos que fundamentan la presente propuesta, respecto a qué entender por teoría, por empresa, por empresa turística y con ello argumentar que existen paradigmas que implican posiciones/decisiones en el ámbito científico al respecto, los cuales pueden observarse en niveles y dimensiones de estudio discernibles.

 

Antes de examinar las distintas perspectivas teóricas respecto a la relación de la empresa y el desarrollo sostenible, es necesario aclarar lo que se entiende por teoría. Para Alexander (1987), una teoría es una “generalización apartada de particularidades, una abstracción distanciada de casos concretos”.  Ahora bien, estas abstracciones o generalizaciones pueden estar referidas directamente a una situación en la empresa u organización, como a las relaciones empleados-patrones o a la propia organización, por ejemplo, la estructura formal de las organizaciones, e incluso pueden realizarse acerca de las relaciones entre organizaciones, o entre organizaciones e individuos, o entre organizaciones y su entorno. Lo anterior conduce a identificar al menos tres ámbitos de generalización en las abstracciones posibles en el campo de los estudios organizacionales, que corresponden en gran medida a la evolución de las teorías organizacionales (Medina, 2010), o, en otras palabras, a tres dimensiones de generalización de la teoría en los estudios organizacionales:

a) teorías especializadas en las relaciones o dinámicas internas de la organización, b) teorías especializadas en las relaciones interorganizacionales, y c) teorías especializadas en las relaciones entre la organización y su entorno.

 

Estos tres niveles de abstracción o dimensiones de focalización del interés teórico en los estudios organizacionales no son exhaustivos, pues existen generalizaciones de mayor abstracción aún, a las que Ritzer (1993) denomina metateorías y que podrían considerarse como abstracciones respecto a las propias teorías. Las teorías generales tienen un doble efecto en las teorías especializadas: por una parte permiten comprenderlas de manera más amplia, organizarlas, compararlas para encontrar similitudes y diferencias entre ellas, reconocer sus finalidades, entre otras posibilidades, pero a la vez las modifican, complementan, reorientan e incluso las contradicen.

 

Puesto que toda organización se estudia en el ámbito de la sociedad, es de esperarse que las metateorías aplicables a la teoría organizacional sean precisamente las llamadas por Alexander (1987) “teorías generales de la sociedad” o simplemente “teoría social” por Giddens y Turner (1998), que en términos amplios ha sido esquematizada en dos grupos: las tres teorías clásicas de la sociedad planteadas por separado por Émile Durkheim, Max Weber y Karl Marx, y las denominadas “teorías modernas de la sociedad”, que se desarrollaron principalmente durante el siglo xx y que han recibido etiquetas como interaccionismo simbólico, estructural-funcionalismo, del conflicto social, del intercambio social, de la estructuración, entre otras que agrupan a extensos conjuntos de teoría, las cuales difieren en general en lo que conciben como sociedad y en la forma en la que se puede acceder al estudio de aquello a lo que se llama sociedad.

 

En este sentido, las teorías especializadas en los estudios organizacionales pueden ser enmarcadas desde puntos de vista más abstractos y generales en las teorías de la sociedad, lo cual, en cierta medida, complica su comprensión; sin ir más allá, en el presente documento y para todo fin práctico, si se pretende enmarcar teóricamente un estudio específico sobre la relación entre organización y su entorno natural, habrá que acudir a las teorías especializadas, y si se pretende enmarcar teóricamente un estudio sobre una o más teorías especializadas, entonces habrá que acudir a las teorías generales.

 

En la figura 1 se representan  las relaciones entre estos  diferentes niveles y dimensiones teóricas. Con números romanos se consignan los dos niveles de abstracción: el organizacional (I), al que puede denominarse nivel o ámbito de las teorías especializadas, específicas o aplicadas, y el metateórico (II), al que puede llamarse también ámbito de las teorías generales. Es posible ver asimismo las distintas dimensiones que abordan las teorías especializadas: la A, intraorganizacional;  la B, interorganizacional,  y la C, entorno-organización, así como todas las posibles combinaiones entre niveles y dimensiones: IA+IB, IA+IC, I+II, IA+IB+IC, etcétera.

 

El segundo elemento  fundamental  del presente artículo es el concepto de empresa o de organización, el cual alude tanto a la capacidad de asociación en colectivo como al colectivo mismo que se estructura para conseguir determinados fines. Para este trabajo, la noción que interesa es la segunda; es ella justamente la que da lugar a los estudios organizacionales, se encuentra en el centro de atención de la teoría administrativa y es el sujeto protagónico en los negocios, la administración de empresas, el marketing y también el turismo.

 

Figura 1. Niveles y dimensiones de análisis de la teoría organizacional

Fuente: Elaboración propia.

 

Si bien las organizaciones son identificadas con tales colectivos, en la diversidad teórica, el colectivo se ha matizado de modos variopintos, ya sea como una estructura con cargos, funciones y tareas, un sistema social, un sistema social con objetivos comunes, una burocracia, un sistema abierto o cerrado. Tantos significados y matices explicativos o prescriptivos se han desarrollado respecto a las organizaciones que, a decir de Koontz (2000), las teorías se han multiplicado de manera exuberante, a modo de lo que denomina “jungla de la teoría administrativa”; tal variedad puede ser esquematizada en dos grandes grupos en función de la finalidad que el planteamiento teórico persiga: por un lado, aquellas a las que se designa teorías descriptivo-explicativas y, por otro, las prescriptivas y normativas (Chiavenato, 2004).

 

Las teorías descriptivas y explicativas de las organizaciones plantean generalizaciones que explican el funcionamiento, la estructura, la dinámica relacional, los resultados alcanzados, las condiciones o sus contextos. Por su parte, las teorías prescriptivas y normativas proponen generalizaciones que resultan en recomendaciones o estructuras y procedimientos ideales que las organizaciones pueden seguir para alcanzar sus fines. Respecto al tema de los fines de las organizaciones, se han planteado también diversos paradigmas a lo largo del tiempo, desde el convencional, en el cual el fin último y único de la organización, en particular en la empresarial o de negocios, es producir riqueza (Friedman, 1970); aquel que indica que la existencia de la empresa como entidad es deseable para favorecer la innovación e impulsar la producción y el intercambio a través de la competitividad (Freeman y Soete, 1997); el que propone que toda organización tendría que satisfacer en principio los objetivos individuales de quienes deciden libremente asociarse en colectivo (Mayo, 2003); e incluso más recientemente, y en línea con la temática del presente artículo, aquel que la considera como productora eficiente y entidad responsable ante la sociedad (McWilliams y Siegel, 2001), o como responsable de atender de manera equilibrada y eficiente los objetivos de todas las partes interesadas –stakeholders– (Freeman, 1994).

 

Tal multitud de concepciones, tanto del significado mismo de la palabra organización como de la importancia que tiene su existencia en la sociedad, propicia confusión entre los no iniciados, así como en varios estudiosos del tema; por ello conviene realizar un esfuerzo por encontrar cierto orden en el conjunto, a riesgo de que resulte simplificador en exceso, en especial en lo que se refiere a las teorías que abordan o permiten abordar la relación de las organizaciones turísticas con el entorno natural, con el uso de los recursos naturales, con el desarrollo sostenible, con la ecología, con la biodiversidad, o con la naturaleza en general.

 

Finalmente, en una reflexión sobre las características particulares de las organizaciones turísticas, comprendidas como aquellas que producen bienes y servicios para atender las necesidades y deseos de los turistas antes, durante y después de realizado el viaje, se incluyen, entre otros giros, sin que esto sea exhaustivo (McIntosh, Goeldner y Ritchie, 1999): a) alojamiento en hoteles, moteles, resorts, pensiones, campamentos, caravanas o departamentos; b) alimentación en restaurantes, cafeterías, bares, hosterías, fast-food, catering o vending; c) transporte mediante avión, barco, autobús, automóvil, ferrocarril o bicicleta; d) ocio, cultura y actividades deportivas, como actividades recreativas, visitas a museos, atracciones, negocios y convenciones, eventos y festivales, deportes o estudios, además de la guianza y la información asociada a estas actividades; e) compras de artesanías, suvenires, artículos deportivos, en mercados, centros comerciales o tiendas de conveniencia; y f) otros complementarios como servicios financieros, bancarios y de seguros, de salud e higiene, de comunicación, telefonía e internet, etc. Asimismo, las agencias de viajes y los turoperadores pueden ser considerados empresas turísticas aunque con una función intermediaria, puesto que su propósito es aproximar, poner en contacto a la demanda con la oferta, en tanto que las organizaciones de transporte fungen como empresas mixtas, no necesariamente vinculadas con el turismo.

 

Las organizaciones mencionadas anteriormente,  si bien se caracterizan por atender las necesidades y deseos de los turistas, en su mayoría se enfocan en necesidades generales de la población residente en el sitio de destino turístico, no obstante, por cuanto atienden a viajeros, se reconocen como organizaciones turísticas con distintos grados de dedicación a esa demanda; por ejemplo, las empresas de alojamiento atienden principalmente a los viajeros y por ello se han constituido como el tipo de organización más significativo para el turismo en general; incluso se le ha denominado, junto con las empresas de alimentación, oferta turística básica, para diferenciarla del resto de las organizaciones, a las que se designa oferta turística complementaria (Sancho, 1998).

 

Las organizaciones turísticas tienen por lo menos dos características en común que las distinguen de otras organizaciones: 1) si bien producen servicios –lo que las ubica en el sector terciario de la economía–, estos en general se producen con la colaboración del propio consumidor, el cual además debió realizar un esfuerzo de desplazamiento desde su lugar de residencia habitual hasta el sitio, denominado destino turístico (Kotler, Bowen y Makens, 2009); y 2) la condición “turística” de la empresa solo es comprensible cuando se observa en conjunto, esto es, vinculada con el grupo de atractivos y otros servicios que se encuentran en el sitio de destino turístico y que en suma proporcionan una imagen global que incide en la satisfacción del consumidor (Bigné, Alcañiz, Font y Aulet, 2000).

 

El tercer elemento fundamental para este documento es el elusivo concepto de desarrollo sostenible, el cual ha conseguido tal atención que ha sido adoptado, adaptado, debatido, desarticulado, reconstituido, deconstruido, vaciado y resignificado, tanto en el ámbito empírico como en el académico. No es el propósito del presente  documento profundizar en el debate, no obstante resulta indispensable establecer un punto de partida para conducir el análisis de las perspectivas teóricas, por lo cual se ha optado por elegir, aun cuando esto pudiese constituir una toma de postura, el enfoque propuesto por Lélé (1991) en el sentido de que el desarrollo sostenible no es sino la yuxtaposición de dos objetivos o procesos separados que pueden ser expresados como la ecuación: Desarrollo sostenible=Desarrollo+Sostenibilidad o, de otro modo, hace referencia a las teorías del desarrollo combinadas con el concepto de sostenibilidad. El autor afirma que esta es una engañosa sobresimplificación, sin embargo, al revisarla en detalle permite dar cabida a muy diversas definiciones del desarrollo sostenible en función del planteamiento teórico de desarrollo siempre que se consideren los objetivos de la sustentabilidad, lo cual es pertinente para los fines del presente trabajo.

 

En este sentido, sería fundamental clarificar cuáles son los objetivos o fines de la sustentabilidad, para lo cual se ha optado por seguir la propuesta de Sharpley (2000), quien plantea que el concepto de sostenibilidad ha fluctuado y sigue haciéndolo en función de las ideologías político-sociales  con tendencia hacia el ecocentrismo o el tecnocentrismo de quienes la argumentan, pero que para fines analíticos puede comprenderse  como la capacidad para la continuidad, esto es, para seguir haciendo en el futuro lo que se hace en el presente respecto a la acción humana en relación con su entorno natural. Esta noción ambigua permite flexibilizar su aplicación en el marco de las teorías administrativas y sociales, lo cual es precisamente lo que se pretende en este artículo.

 

Mención aparte merece el concepto de turismo sostenible, el cual ha sido objeto de amplio debate en la literatura  especializada desde principios del siglo xxi; por ejemplo, los trabajos de Sharpley (2000) y de Hardy, Beeton y Pearson (2002) proponen que el concepto de turismo sostenible no consigue respetar los principios del desarrollo sostenible, concepto del cual se originó; o los estudios de Butler (1999) y Hunter (1995), que señalaron la necesidad de reconceptualizar el turismo sostenible, puesto que adolecía de claridad y de aplicabilidad real. Si bien el debate persiste, según apunta Bramwell (2015), el concepto se ha mantenido, principalmente por el fomento que recibe desde el ámbito de las organizaciones internacionales, como la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (Unwto, 2013), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, 2005, 2009) y la Organización de las Naciones Unidas (onU, 2015; onU, Unesco, PNUMA, OMT, INSULA, CCE  y WDCD, 1995), que plantean una visión de sector o industria turística sostenible institucionalizada desde los gobiernos nacionales, visión que a su vez ha recibido atención por parte de los académicos tanto desde una perspectiva crítica respecto a la práctica insostenible del turismo global (Mowforth y Munt, 2016) como desde los grandes retos que enfrenta la industria para alcanzar la sostenibilidad (Weaver, 2013). Tal atención se evidencia asimismo en los más de 130 artículos publicados sobre el tema entre 1993 y 2013 en los journals de mayor impacto en la temática de hospitalidad, ocio, deportes y turismo (Hashemkhani Zolfani, Sedaghat, Maknoon y Zavadskas, 2015), algunos de los cuales han conseguido realizar aportaciones teóricas (Bramwell, 2015); además de lo mucho publicado por el Journal of Sustainable Tourism, especializado en el tema desde 1994 (Lu y Nepal, 2009).

 

El concepto de turismo sostenible hace referencia a la actividad turística en su conjunto, incluyendo tanto las actividades realizadas por los viajeros en su espacio de residencia, como las acciones de planificación y desarrollo de infraestructura en los sitios de destino turístico. En un enfoque de esta amplitud, el rol de las empresas turísticas queda acotado al entendido de que deberían reducir los impactos de sus operaciones en el medio ambiente, esto es, que si se busca que la actividad turística sea sostenible, entonces la industria debería asumir su responsabilidad en congruencia con este objetivo (Hashemkhani Zolfani et al., 2015). En consistencia con lo hasta aquí descrito, para efectos del presente artículo, el concepto de turismo sostenible será identificado con la dimensión interorganizacional, es decir, cuando se haga alusión al turismo sostenible la referencia directa será a las relaciones entre distintas organizaciones y empresas turísticas, por lo que podría considerarse en el ámbito de aplicación de las teorías especializadas y, como se expondrá a continuación, se fundamenta básicamente en la perspectiva teórica de la responsabilidad social empresarial (rse).

 

En suma, estudiar la relación entre organización o empresa y el desarrollo sostenible toma sentido cuando: a) se establece claramente lo que se entiende por organización, b) se delimita si el nivel de interés es organizacional o social, c) se identifica la dimensión –o dimensiones– de interés, ya sean la intraorganizacional, la interorganizacional o la de la organización con su entorno, y d) se ubica la postura ideológica que enmarcará la de definición de desarrollo sostenible explicable en el nivel y dimensión teórica elegidos. Toda vez que se consiga delimitar el ámbito de estudio, resultará posible centrar el interés en el tipo particular de organizaciones que se encuentran en el turismo.

 

2. Metodología

En este apartado se presenta el procedimiento seguido para integrar el análisis y mostrar así una visión general de las perspectivas teóricas de la relación entre empresas turísticas y desarrollo sostenible, así como las relaciones entre ellas y sus fundamentos en las teorías generales de la administración y de la sociedad.

 

El trabajo consistió básicamente  en un proceso reflexivo de revisión bibliohemerográfica; parafraseando a Tribe y Liburd (2016, p. 45), consistió en un “proceso de examen detallado, comparación, reflexión y abstracción” que requirió reiteradas actividades –no lineales sino heurísticas– de definición de conceptos y palabras clave, búsqueda y selección de documentos teóricos y aplicados en el ámbito del turismo, comparación de conceptos de diversas fuentes, contextualización histórica de conceptos, documentos y fuentes, construcción sintética de tipologías conceptuales, identificación crítica de lagunas o vacíos conceptuales, reconstrucción de las tipologías, reflexión detallada de cada concepto y tipología, así como la discusión permanente de los documentos, fuentes, conceptos y tipologías con colegas y estudiantes.

 

A fin de dar mayor claridad al lector, la actividad realizada puede sintetizarse en cinco momentos que, si bien en la práctica no se sucedieron secuencialmente, permiten dar cuenta estructurada del proceder en la integración del presente trabajo:

1. Delimitación del objeto de interés. Se definieron en este momento las perspectivas teóricas específicas que explicaran la relación entre empresa turística y desarrollo sostenible. Fue necesario diseñar un esquema para sintetizar lo que se entendería como objeto de interés, puesto que, como tal y para los fines de este trabajo, no se encontró. Este esquema y sus características se han presentado en el apartado anterior. Una vez delimitado el objeto de interés, se identificaron diversas palabras clave, autores y temáticas abordadas que guiaron la búsqueda y selección de información publicada.

 

2. Selección e integración de un marco clasificatorio  de las teorías generales de la sociedad y de la administración en los paradigmas del conocimiento científico. Con el propósito de partir de un marco de orientación para el análisis de los documentos teóricos, se acudió a tres conjuntos de trabajos que pueden ser considerados seminales para comprender los fundamentos, características y vinculación entre las distintas teorías generales. El primer referente, y también el de mayor abstracción, fue el de las cuatro perspectivas filosóficas para la metateorización en las ciencias sociales (Ritzer, Zhao y Murphy, 2001) etiquetadas como positivista, hermenéutica, crítica y posmoderna; el segundo fue el análisis de las distintas teorías sociales generales (Giddens y Turner, 1998), y el tercero se encontró en los análisis centrados en los conceptos y finalidades de las escuelas teóricas de la administración planteados por Koontz (2000) y Chiavenato (2004). Este primer marco clasificatorio permitió ubicar a las teorías generales de la sociedad y de la administración en los cuatro paradigmas del conocimiento científico. Este marco puede advertirse en detalle en el cuadro 1.

 

3. Selección e integración de un segundo marco clasificatorio de las teorías específicas que expliquen la relación entre empresa y desarrollo sostenible en las teorías generales de la sociedad y de la administración. La intención de este segundo marco es dejar el nivel teórico general y situarse en el ámbito de las teorías específicas de interés, con el fin de ubicar estas en relación con las teorías generales; para ello se tomaron cuatro trabajos de revisión teórica: el primero, que funcionó como punto de partida, fue el ilustrativo trabajo de la doctora Judith Walls en el seminario doctoral Management Research in Sustainability, de la John Molson School of Business en la Universidad Concordia, en Canadá (2011), marco que se complementó con los elementos y características de las teorías que incluyen el concepto del desarrollo sostenible en el ámbito empresarial, en las revisiones de Gladwin, Kennelly y Krause (1995), Garriga y Melé (2004) y Etzion (2007). Este segundo marco clasificatorio permitió identificar las similitudes, diferencias, fundamentos y nociones sobre desarrollo sostenible distintivos en cada perspectiva teórica específica y puede observarse minuciosamente en el cuadro 2.

 

4. Revisión, análisis y selección de artículos publicados en el ámbito del objeto de interés. Para obtener información detallada respecto a las perspectivas teóricas y elegir trabajos que funcionaran como ejemplo o ilustración de cada una, se optó por centrar la búsqueda en artículos de revistas científicas de mayor impacto en el tema de turismo, ocio, hospitalidad y deportes, lo que incidió en que principalmente se tratara de obras publicadas en lengua inglesa.

 

5. Análisis y ubicación de las perspectivas teóricas identificadas en los marcos específico y general integrados. Una vez seleccionados los trabajos, se ubicaron en los marcos desarrollados con fines clasificatorios.

 

De manera sintética puede afirmarse que el procedimiento seguido para realizar el análisis fue iterativo entre búsqueda, reflexión, síntesis y deducción, tomando como coordenadas de referencia los trabajos de revisión teórica publicados sobre las teorías sociales (Alexander, 1987; Ritzer, 1993), las teorías administrativas (Koontz, 2000; Chiavenato, 2004) y las perspectivas teóricas del desarrollo sostenible en el ámbito empresarial (Gladwin, Kennelly y Krause, 1995; Garriga y Melé, 2004; Etzion, 2007).

 

3. Hallazgos y discusión

El presente apartado muestra los hallazgos divididos en tres partes: de los más generales a los más específicos. En la primera se describen las relaciones entre teorías sociales generales y teorías generales de la administración, enmarcadas en los paradigmas del conocimiento científico: positivismo, marxismo, hermenéutico y los paradigmas posmodernos. En la segunda parte se exponen las tres perspectivas teóricas principales que abordan la relación empresa-desarrollo sostenible, así como otras perspectivas minoritarias encontradas en los artículos académicos analizados, enmarcadas en las teorías generales de la sociedad y de la administración. Para cada perspectiva teórica se consigna la noción sobre desarrollo sostenible que la caracteriza y se ofrecen ejemplos de estudios aplicados a empresas y organizaciones turísticas. En la tercera parte se presenta, a manera de síntesis, la evolución de la idea de desarrollo sostenible en relación con la empresa turística en el marco de las teorías administrativas y sociales.

 

3.1 Enfoques filosóficos, teorías sociales y teorías de la administración

Los cuatro enfoques filosóficos que orientan la mayor parte de la producción teórica en ciencias sociales son el positivista, el hermenéutico, el crítico y el posmoderno, los cuales difieren, de acuerdo con Ritzer (1993), Ritzer, Zhao y Murphy (2001) y Alexander (1987), tanto en sus propósitos y resultados –orientación teleológica–, en los procesos metodológicos que siguen para producir conocimiento sobre la sociedad, como en la posición epistemológica que sostienen respecto a las formas posibles para acceder al conocimiento “verdadero” de la sociedad, sus elementos y relaciones entre ellos y con los elementos físicos de la naturaleza. Según puede revisarse en el cuadro 1, estos enfoques sustentan las diversas teorías de nivel general –nivel  II en la figura 1– de la sociedad, así como distintas teorías de nivel específico en el campo de estudio de la sociología y en el de los estudios organizacionales –nivel  I con sus dimensiones A, B y C de la figura 1– (véase cuadro 1).

 

En el enfoque positivista, las teorías generales se orientan a la búsqueda de explicaciones causales de la realidad social, mediante el diseño y perfeccionamiento de herramientas cuantitativas aplicadas desde la lógica del método hipotético-deductivo. Este enfoque se funda en el supuesto de que la objetividad del investigador, y en general de la ciencia, es lo que asegura su conocimiento verdadero de la realidad, de la cual forman parte tanto la naturaleza como la sociedad, a las que identifica como objetos. La presencia del investigador en el estudio de los objetos sociales, naturales o mixtos no debe influirlos, pues lo que se busca es conocerlos para explicarlos y ampliar, perfeccionar o transformar la teoría.

 

En la práctica académica, el enfoque positivista es el que más ha influido en las teorías específicas del ámbito organizacional. De hecho puede afirmarse que analizar la evolución de las teorías organizacionales en la práctica significa analizar la evolución del positivismo en las teorías organizacionales, que han transitado de formas muy próximas al positivismo clásico de Durkheim, en las teorías clásica de la administración, de las relaciones humanas, conductual y de la ciencia de la administración, a las teorías influidas por posturas posmodernas pero que bien pueden clasificarse como neopositivistas, las teorías neoclásica de la administración, de los roles administrativos, de la elección racional, del comportamiento interpersonal, de los sistemas sociotécnicos y de los sistemas sociales cooperativos, de los recursos y capacidades de la empresa, de la ventaja competitiva, operacional, de los stakeholders, institucional, del comportamiento planeado, del intercambio social y la del capital humano, como las principales o más influyentes en el pensamiento organizacional y administrativo contemporáneo.

 

Cuadro 1. Enfoques filosóficos, teorías sociales generales y teorías organizacionales específicas



Notas: * Los autores sociales se ubican a partir de las revisiones de Giddens y Turner (1998), Turner (2001), Ritzer (1993) y Giménez (1997).

** Los autores organizacionales se ubican a partir de las revisiones de Koontz (2000) y Chiavenato (2004).

Fuente: Elaboración propia.

 

El resto de los enfoques ha incidido en menor medida en la generación de teorías influyentes en el ámbito de los estudios organizacionales, sin embargo, pueden identificarse algunas con las características de cada uno de los tres enfoques.

 

En el enfoque hermenéutico, las teorías generales en las ciencias sociales se orientan a buscar la interpretación de los significados intersubjetivos o colectivos producidos por las distintas sociedades en diferentes momentos y espacios; su proceder metodológico es esencialmente cualitativo con enfoque interpretativo; sus seguidores más ortodoxos se oponen por completo al proceder del método hipotético-deductivo y cuestionan el valor intrínseco del uso de herramientas cuantitativas, puesto que aseguran que la objetividad es una condición inalcanzable para el investigador, quien introduce su propia subjetividad producida socioculturalmente en su actividad como tal. Para este enfoque, la sociedad y la cultura median todo esfuerzo por comprender la realidad, por lo que todo estudio, sea del tema del que se trate, se torna en un estudio social, de manera que la naturaleza nunca es directamente accesible para su estudio. La teoría que ha sido influyente en los estudios organizacionales fue planteada por Max Weber, a quien se considera un autor clásico y fundacional de este enfoque en las teorías generales de la sociedad, la teoría de la burocracia, la cual al paso de los años ha logrado influir a su vez a las teorías del comportamiento de grupo y del clima organizacional.

 

En el enfoque crítico,  las teorías generales de las ciencias sociales buscan la justicia social y la emancipación del ser humano; su proceder metodológico se centra fundamentalmente en la praxis social con enfoque de método dialéctico. En este enfoque, la subjetividad ideológica del investigador debe proveerlo de una conciencia de clase que determina su posición al estudiar la realidad, en la que reconoce que la acción humana transforma la realidad, ya sea natural, social o ambas, siempre en beneficio de unos cuantos individuos, lo cual produce un conflicto intrínseco que debe ser resuelto por la propia acción humana, lo que entonces se torna en el principal objetivo de todo investigador.

 

Si bien en el ámbito de los estudios sociales este enfoque ha sido prolífico en planteamientos teóricos específicos como las teorías de los integrantes de la llamada Escuela de Frankfurt, del conflicto, del sistema mundial, de la acción colectiva, de la agencia, del feminismo, del ecologismo, entre otras, no lo ha sido tan intensamente en el campo de los estudios organizacionales, en el cual sin embargo pueden identificarse la teoría de la influencia de la innovación en los ciclos económicos y recientemente la concepción política de la rse, y la del emprendedurismo sostenible.

 

En el denominado enfoque posmoderno, no se puede hablar de homogeneidad en los planteamientos teóricos generales de la sociedad, más allá de su postura enfrentada a las ideas de modernidad y progreso, así como al abandono de las visiones rígidas unidisciplinares o la ortodoxia en las metodologías de los estudios sociales. No obstante, puede afirmarse que existe coincidencia en la búsqueda por construir narrativas locales y en el uso de metodologías mixtas, con enfoques mixtos provenientes de o confrontados con los planteamientos modernos antes descritos.

 

En el enfoque posmoderno, las teorías tienden a reconocer la posibilidad de abordar con cierto grado limitado de objetividad el estudio de la realidad no humano y a considerar que la reflexividad respecto a la propia subjetividad del investigador y su proceder inciden en lo investigado, ya se trate de la naturaleza o de la sociedad. Este enfoque ha influido el pensamiento  teórico específico organizacional, particularmente en las teorías sistémica de la organización, contingencial y situacional, de los sistemas complejos, del enfoque de casos, neoinstitucional, de la simbiosis industrial, del emprendedurismo, del capital social y de los campos estratégicos.

 

3.2 Perspectivas teóricas de la relación empresa turística-desarrollo sostenible

El turismo es concebido como un campo de estudio de distintas disciplinas (Jafari, 2001; Tribe y Liburd, 2016) y por tanto abordado desde las teorías producidas en los campos disciplinares y con los métodos y herramientas que en ellas se desarrollan (Tribe, 2000, 2001, 2006); en ese sentido, el estudio de las organizaciones turísticas es consistente con las teorías y enfoques expresados en el cuadro 1. También hay paralelismo  en los enfoques teóricos que permiten estudiar de manera vinculada a las organizaciones turísticas con la naturaleza: los estudios empíricos realizados sobre este tema están debidamente enmarcados en los planteamientos teóricos desarrollados para analizar la relación organización-naturaleza.  En el cuadro 2 se puede observar de manera sintética lo que se ha encontrado al respecto tomando como marco para la clasificación teórica las revisiones.

 

Cuadro 2. Teorías en la relación organización-naturaleza y referencias a estudios en empresas turísticas


Fuente: Elaboración propia.

 

Esta idea que se insinúa de manera incipiente en un trabajo de Bowen (1953), durante años apareció poco en la literatura, salvo por un influyente trabajo de 1970 (Wallich y McGowan, 1970), aunque no tuvo mayores efectos sino hasta la siguiente década. En los ochenta, la temática a discusión se centraba en plantear cómo hacer rentable para las organizaciones invertir en tecnologías y procesos ecológicos, “verdes”, o amistosos con el ambiente. Entonces la idea de que la empresa puede aprovechar sus recursos y capacidades para conseguir una ventaja competitiva hizo propia la ocasión de asumir su responsabilidad frente a la sociedad en aras de alcanzar una mejor posición frente a la competencia. En consecuencia,  en la década de los noventa se institucionalizó el reconocimiento de la RSC  ramificada en dos vertientes: 1) la responsabilidad a cargo de la alta dirección de la propia organización: teoría de la RSC, y 2) en corresponsabilidad con las partes interesadas: teoría de los stakeholders. Se puede afirmar, comprendiendo esta sucesión cronológica, que la evolución de las tres teorías es también la evolución de la teoría de la rse  (Garriga y Melé, 2004): en ese marco se han desarrollado estudios que involucran a empresas turísticas.

 

3.2.1 Teoría de las capacidades y recursos de la empresa

La teoría de las capacidades y recursos de la empresa, la primera en incorporarse a la corriente principal teórica de las organizaciones, tiene una orientación instrumental, en la cual la organización se vincula con los recursos como medio para alcanzar objetivos económicos, por ello interpreta las acciones sociales de la empresa como un medio más para lograr sus objetivos, ya sea obtener ventaja competitiva (Hart, 1995; Prahalad y Hammond, 2002) o desarrollar relaciones públicas con fines de marketing (Varadarajan y Menon, 1988). Específicamente, las acciones centradas en la conservación o manejo racional de los recursos naturales que se encuentran más vinculadas con la idea del desarrollo sostenible (Aragon-Correa y Sharma, 2003; Christmann, 2000; Johnson y Greening, 1999; Sharma y Vredenburg, 1998) son de interés organizacional dado que la naturaleza provee recursos que pueden ser aprovechados de manera eficaz y eficiente para alcanzar ventajas competitivas, sostenibles en el largo plazo mediante el uso racional de tales recursos. Esta perspectiva teórica se asocia directamente con las teorías generales organizacionales de la ventaja competitiva, la institucional, y la del capital humano, por lo que su principal enfoque filosófico está en el positivismo. Su interés se ubica en las formas iniciales del ámbito de la dimensión intraorganizacional, publicadas en los noventa y evoluciona hacia el entorno competitivo a finales de la década, con lo que aborda asimismo las dimensiones interorganizacional y entorno-organización.

 

Con el sustento teórico de los recursos y capacidades de la empresa, se han desarrollado estudios que incluyen o se centran en empresas turísticas. También en esta perspectiva teórica se encuentran diversos trabajos sobre turismo sostenible, por ejemplo los casos de sitios turísticos invernales (Flagestad y Hope, 2001), la certificación de turismo sostenible en Costa Rica (Rivera, 2002), en hoteles (Ayuso, 2006; Claver-Cortés et al., 2007; García Rodríguez y Armas Cruz, 2007), los efectos en el desempeño financiero de empresas turísticas (Inoue y Lee, 2011) o el desempeño ambiental de los hoteles en un sitio turístico (Mensah y Blankson, 2013).

 

3.2.2 Teoría de la responsabilidad social corporativa (RSC)

La teoría de la RSC, ya identificada claramente como tal, con una orientación neoinstitucional entendida en términos de que la RSC  se incorpora formalmente en la estructura organizacional, se consolida desde mediados de la década de los noventa, a partir de los trabajos de Freeman con un enfoque normativo (Donaldson y Preston, 1995; Freeman, 1994; Phillips et al., 2003), con enfoque de contrato social integrativo (Donaldson y Dunfee, 1994), o de ciudadanía de los negocios (Matten y Crane, 2005). Desde estos enfoques, la empresa es considerada responsable de lo que sucede en su entorno social y natural derivado de su acción productiva (Campbell, 2007; Delmas y Toffel, 2004) y se establece como objetivo explícito el desarrollo sostenible, entendido como un valor agregado para la empresa (Bansal, 2005; Jennings y Zandbergen, 1995; Matten y Moon, 2008).

 

Esta teoría de la RSC encuentra fundamento en las teorías generales organizacionales neoclásica, de los roles administrativos, la operacional, la neoinstitucional y la situacional o de la contingencia, por lo que su marco filosófico es en principio positivista, influido por diversas ideas posmodernas, por lo que su ubicación precisa tendría que ser neopositivista. Las dimensiones de abstracción sobre las cuales centra su interés son la intraorganizacional y la de entorno-organización.

 

Con fundamento teórico en la perspectiva de la rse institucionalizada, se han desarrollado estudios que incluyen o se centran en empresas turísticas; de hecho, la gran mayoría de los trabajos sobre turismo sostenible que abordan empíricamente el tema del desarrollo (Hashemkhani  Zolfani et al., 2015) lo han hecho sustentados  en este enfoque teórico, por ejemplo, aquellos que se interesan en el desarrollo de herramientas para evaluar el desempeño ambiental en empresas turísticas (Goodall, 1995; Kasim, 2006), los que promueven la evaluación voluntaria del desempeño ambiental en centros de esquí (Rivera y De Leon, 2004) o del sector hotelero (Rivera, 2004; Henderson, 2007; Holcomb et al., 2007; Mensah y Blankson, 2013; Sánchez-Fernández et al., 2014), incluso de manera interorganizacional, abordando la gobernanza ambiental en regiones turísticas (Erkuş-Öztürk y Eraydın, 2010; Grimstad, 2011).

 

3.2.3 Teoría de las distintas perspectivas en la RSC

Por su parte, la aquí denominada teoría de las distintas perspectivas o de los stakeholders en la RSC  incorpora las demandas sociales a los objetivos organizacionales, por lo que el desarrollo sostenible se torna en objetivo de la empresa a partir de los intereses de más de uno de los stakeholders. Desde este enfoque teórico, resultan fundamentales una adecuada gestión de stakeholders (Mitchell et al., 1997; Rowley, 1997) y una precisa medición del desempeño social corporativo (Carroll, 1979; Swanson, 1995; Wartick y Cochrane, 1985; Wood, 1991). Además, surgen argumentos para introducir la evaluación de las aportaciones de la empresa al desarrollo sostenible como indicador del desempeño (Hamilton, 1995; Hillman y Keim, 2001), puesto que el desarrollo sostenible se torna objetivo de la empresa al serlo de los stakeholders (Buysse y Verbeke, 2003; Henriques y Sadorsky, 1999). Este enfoque teórico se sustenta en las teorías generales organizacionales neoclásica y situacional, y toma ideas de las teorías de las redes sociales y la neoinstitucional, por lo que su fundamento filosófico se enmarca en el neopositivismo y en el ámbito posmoderno. Las dimensiones de abstracción en las que se centra su interés son la interorganizacional y la de entorno-organización.

 

En esta tercera perspectiva teórica han encontrado fundamento diversos trabajos que incluyen a la industria turística y al turismo sostenible, por ejemplo, como modelo para la planificación del desarrollo interorganizacional (Sautter y Leisen, 1999), la influencia colectiva de las distintas partes interesadas en el entorno medioambiental (Céspedes-Lorente et al., 2003; Sheehan y Ritchie, 2005) o su influencia en el desarrollo sostenible (Byrd, 2007; Byrd et al., 2009; Imran, Alam y Beaumont, 2014).

 

3.2.4 Otras teorías que relacionan a la empresa con su entorno natural y el desarrollo sostenible

En los estudios organizacionales,  las tres posturas teóricas de la corriente principal son las antes expuestas, pero no son las únicas: pueden destacarse algunas más que abordan y enmarcan la relación entre la empresa, su entorno natural y el desarrollo sostenible.

 

Con fundamento filosófico crítico pueden mencionarse tres: la primera de ellas con enfoque crítico idealista: la teoría de los valores y la acción empresarial (Gladwin et al., 1995; Kaku, 1996), en la cual el desarrollo sostenible es entendido como una utopía y eje de la moral del empresario (Agle et al., 1999; Bansal, 2003; Dunalp y Van Liere, 2008; Swanson, 1995). La segunda encuentra sustento en la Escuela de Frankfurt, representada por Habermas (1994): la propuesta de teoría política de la RSC  (Scherer y Palazzo, 2007) introduce la ideología política como eje conductor de la acción empresarial y, por lo tanto, en su razón de ser; y la tercera, más próxima a las ideas económicas poskeynesianas y schumpeterianas de la innovación y el rol del emprendedor en el ámbito local y regional: la del emprendedurismo sostenible (Austin et al., 2006; Mair y Martí, 2006), que plantea que el valor que aporta la empresa para alcanzar el desarrollo sostenible reside en su capacidad de innovación.

 

Asimismo, con sustento en estos enfoques críticos pueden señalarse algunos trabajos que incluyen empresas turísticas bajo el esquema idealista de los valores del empresario (Chow y Chen, 2012; El Dief y Font, 2012; Graci y Dodds, 2008; Pomering et al., 2011), en congruencia con la perspectiva crítica habermasiana (Pillmayer y Scherle, 2014), y en relación con el emprendedurismo sustentable (Crnogaj et al., 2014; Foley, 2008).

 

Con fundamento filosófico completamente posmoderno se hallan también propuestas teóricas menos difundidas que las descritas:  basada en las teorías de los sistemas complejos se encuentra la perspectiva simbiótica de la industria (Chertow, 2000; Korhonen, 2004), que propone que las empresas pueden operar de manera organizada, no solo compartiendo recursos, sino encadenando procesos: lo que para unas es residuo para otra puede ser insumo. Desde este enfoque se identificaron dos trabajos, el de Viken et al. (2011) y el de Lucchetti y Arcese (2014), que incluyen empresas turísticas.

 

Por su parte, con fundamento construccionista  de la teoría del actor-red (Latour, 2005), en la cual el medio ambiente se incorpora a la propia actividad organizacional como parte de una red que por sí misma es un actor, se registraron algunos trabajos que abordan empresas  turísticas, como los de Van der Duim (2007), Paget et al. (2010), Rodger et al. (2009), y Van der Duim y Caalders (2008).

 

Finalmente, para esta revisión se distinguieron al menos dos trabajos con fundamentos teóricos estructuracionistas, a partir de la teoría de los campos estratégicos de acción (Fligstein y McAdam, 2011): los de Jaafar et al. (2014), y Erkuş-Öztürk y Terhorst (2010). Desde esta perspectiva, las organizaciones se identifican con actores que compiten estratégicamente en un determinado campo de acción, el cual puede o no incluir la búsqueda del desarrollo sostenible.

 

3.3 Ubicación del desarrollo sostenible en relación con la empresa turística en las teorías administrativas y sociales

A manera de síntesis de este cuarto apartado, puede afirmarse que el estudio de la relación entre empresa turística y desarrollo sostenible se enmarca teóricamente en tres perspectivas principales y varias minoritarias, que encuentran fundamento en las teorías generales de la administración y las teorías generales de la sociedad, que a su vez toman sentido desde cierto paradigma del conocimiento científico, lo cual puede observarse en la línea de tiempo de la figura 2.

 

La teoría de los recursos y capacidades de la empresa es la primera que da cabida a la noción del desarrollo sostenible, el cual sería un producto indirecto del aprovechamiento óptimo de los recursos naturales, a través del desarrollo y aplicación de capacidades de la empresa o el destino turístico para alcanzar una ventaja competitiva. Como se dijo antes, esta perspectiva tuvo su auge en la literatura administrativa en la década de 1980 y ha seguido desarrollándose sin dejar de ser influyente. Si bien en la propia teoría, particularmente en sus primeros planteamientos, no se menciona como tal al desarrollo sostenible, sí se plantea que las empresas  pueden verse beneficiadas en lo financiero encontrando rentabilidad al invertir en tecnología, procedimientos y controles “verdes” o ecológicos.

 

Desde los años noventa del siglo pasado, y cada vez más, la teoría de la rse da cabida al concepto de desarrollo sostenible y lo instala entre las condiciones que deben guiar el comportamiento de las empresas y de los empresarios de cualquier destino turístico; constituye un valor agregado a la vista de los turistas actuales y potenciales y una posición favorable ante la sociedad que le acoge. A diferencia de la perspectiva de los recursos y capacidades de la empresa, en la cual el desarrollo sostenible no figura directamente, en esta segunda perspectiva sí se incluye, aunque se le ubica como un concepto que debería incorporarse a la filosofía y políticas que conducen la acción empresarial. Esta es la perspectiva que mejor sintetiza el concepto de turismo sostenible defendido por la Organización Mundial del Turismo desde la Carta de Lanzarote (Unwto, 1995). Con este enfoque, el desarrollo sostenible no forma parte de las responsabilidades de la empresa, pero si se le conduce de manera responsable, sus acciones tendrían posibilidades de influir favorablemente en él.

 

Figura 2. Línea de tiempo de los enfoques filosóficos, las teorías generales y las teorías específicas que abordan la relación empresa-desarrollo sostenible

Fuente: Elaboración propia.

 

Por otro lado, la teoría de las distintas perspectivas de la RSC, también surgida en la década de los noventa y que en gran medida coincide con los principios y elementos de la teoría de la rse, plantea una diferencia importante en cómo incorpora el concepto de desarrollo sostenible, puesto que este se torna en una condición no solo deseable en el actuar de la empresa, sino que constituye uno de sus objetivos al ser de interés de una o más de las partes –stakeholders–.Desde  este enfoque teórico, las empresas  turísticas no únicamente incorporarían al desarrollo sostenible en su cadena de producción como un valor agregado, además sería un objetivo empresarial: la medida de su desempeño al respecto formaría parte de su operación normal. De acuerdo con lo anterior, el desarrollo sostenible se traduce en indicadores observables en políticas, procedimientos y metas, con lo que abandona su carácter filosófico, holístico o integral.

 

Si bien las perspectivas teóricas minoritarias pueden distinguirse entre ellas, tienen en común enfocar de manera crítica el concepto generalmente aceptado de desarrollo sostenible: partiendo de una redefinición, lo sitúan en relación con la empresa  de muy diversos modos, desde la postura de la teoría de los valores y la acción empresarial que le da al concepto una ubicación filosófica y aspiracional; la de las teorías política de la RSC, la perspectiva simbiótica, la del actor-red y la de los campos estratégicos de acción, que ubican a la empresa solo como un elemento en el marco de un desarrollo sostenible que incluye a otros actores;  hasta  la del emprendedurismo sustentable,  que identifica a la empresa como el único actor que puede –y debería– impulsar en la práctica el desarrollo sustentable.  No obstante,  al tratarse  de enfoques teóricos minoritarios, tienen temas y aspectos de su desarrollo pendientes en comparación con lo que se ha trabajado en las tres mayoritarias.

 

En este sentido, cuando se pretende enmarcar teóricamente un estudio específico en cualquier dimensión y nivel de interés de la relación empresa-desarrollo sostenible, puede ser de utilidad identificar estas  relaciones y distancias en aras de comprender mejor las propias teorías y sus aplicaciones empíricas.

 

4. Reflexiones  finales

En este apartado se exponen algunas consideraciones finales que surgen de los hallazgos presentados  y que permiten acotar su alcance y plantear futuras líneas de reflexión e investigación.

 

Lo primero que salta a la vista es que la mayor parte de los estudios que vinculan a las empresas con su entorno natural y el desarrollo sostenible se han ubicado en marcos teóricos con fundamento filosófico positivista y neopositivista. Esta situación podría explicarse dada la posición hegemónica del positivismo en las ciencias en general, y en particular en las disciplinas económico-administrativas. No obstante,  aun con esfuerzos minoritarios, el mundo académico no se ha restringido a esta visión: se ha extendido y ramificado en el propio marco filosófico positivista y hacia otros distintos como el crítico y el posmoderno. Esta reflexión para los estudios organizacionales en general es también aplicable al ámbito de los estudios de empresas turísticas en particular.

 

Una segunda reflexión es que la corriente principal en los estudios organizacionales que vincula al entorno natural con el desarrollo sostenible toma el enfoque de las teorías de la rse, en cuatro perspectivas, en orden de primacía por su uso: la teoría institucional de la RSC, la de las capacidades y recursos de la organización, la de las distintas perspectivas de la RSC, y la de los valores y la acción empresarial, lo cual también se observa en los estudios específicamente aplicados en el sector turístico. En este sentido, los autores teóricos más influyentes son los estadounidenses  Edward Freeman (Freeman, 1994; Freeman y McVea, 2001; Freeman, Wicks y Parmar, 2004; Harrison y Freeman, 1999; Phillips et al., 2003) y Stuart L. Hart (Hart, 1995, 1997; Hart y Christensen, 2002).

 

Existen diferencias significativas en el concepto  de empresa  que cada perspectiva teórica sostiene,  pues se le identifica como un colectivo de individuos que libremente se asocian con el interés en común de: a) producir riqueza, en la teoría de los recursos y capacidades de la empresa; b) producir riqueza de manera responsable ante la sociedad, en la teoría de la rse, o c) impulsar la innovación, en la teoría del emprendedurismo sostenible; o bien se le identifica como un colectivo de individuos que supeditan sus intereses personales a los intereses de la alta dirección, según la teoría de los valores y la acción empresarial; de los diversos stakeholders, en la teoría de las partes interesadas de la RSC; de la estructura ideológica del sistema, en la teoría política de la RSC, o los comparten colectivamente a partir del contexto sociocultural, en la teoría del actor-red y en la de los campos estratégicos de acción.

 

Por su parte, el concepto de desarrollo sostenible se utiliza con diversas acepciones en función de la perspectiva teórica específica, lo cual también es influido por el marco teórico general en el que se ubica y por la postura filosófica del conocimiento científico que le sustenta; fue posible registrar que se le plantea como: a) marco moral, en la perspectiva teórica de los valores y la acción empresarial; b) postura ideológica, en la perspectiva política de la RSC; c) política pública, en la teoría de los recursos y capacidades de la empresa; d) estrategia de desarrollo, en la teoría del emprendedurismo sostenible; e) fuente de valor para la empresa, en la teoría de la rse, o incluso f) objetivo de los stakeholders y meta de desempeño, en la teoría de las partes interesadas en la responsabilidad empresarial.

 

La relación del desarrollo sostenible con la actividad empresarial también varía en cada perspectiva teórica, desde el extremo de que no se le identifique como algo aplicable, que su aplicabilidad dependerá de la voluntad ética de los empresarios, que no forma parte de los objetivos empresariales directa o indirectamente, o hasta que se le ubique como objetivo de la propia organización, pero se le reinterprete en términos fragmentarios como conjuntos de indicadores del desempeño de esta.

 

Si bien es de esperarse que los conceptos de desarrollo sostenible y de empresa, así como de sus relaciones, sean interpretados en función de la perspectiva teórica elegida, pueden encontrarse ciertas coincidencias, particularmente  cuando esta se enmarca en relación con otras perspectivas teóricas específicas y con fundamentos teóricos generales de la sociedad y de la administración, y se distinguen rasgos subyacentes que les identifican con determinado paradigma del conocimiento científico. Del mismo modo, reconocer los fundamentos teóricos generales y subyacentes  de la postura teórica específica de la relación entre desarrollo sostenible y empresa turística favorece la consistencia conceptual, lo que a su vez permitirá seleccionar las técnicas y herramientas metodológicas más pertinentes, acudir de forma directa a las fuentes teóricas que proporcionan sustento, así como reconocer su evolución en el tiempo, identificar proximidades con otros autores y teorías, y quizás también posibles lagunas o vacíos en la fundamentación.

 

Una reflexión que se desprende de las anteriores es que existe aún mucho trabajo por hacer en el campo de los estudios de organizaciones en el sector turismo y su vinculación con el entorno natural y el desarrollo sostenible, en tres líneas que se proponen de manera sintética como corolario del presente artículo: 1) ampliar y profundizar los trabajos que se fundamenten en las teorías de la corriente principal, en particular en sus formas más recientes, con el fin de contar con información que pueda ser contrastada  con la proveniente de estudios realizados en empresas de otros sectores; 2) desarrollar trabajos que se sustenten en marcos teóricos alternativos, con el propósito de enriquecer y retroalimentar el conocimiento no solo en el campo turístico, sino en el de los estudios organizacionales en general, y 3) explorar las posibles bases para desarrollar teorías que se desprendan de los estudios específicamente enfocados a empresas turísticas.

 

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