Reseña bibliográfica / Book review
Álvarez Sousa, A., Mantecón, A. y Puertas-Cañaveral, I. (Eds.). (2019).
Sociología del Turismo..
Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.
En el primer capítulo de este libro, titulado “Introducción: turismo y modernidad”, Alejandro Mantecón, Inmaculada Puertas Cañaveral y Antonio Álvarez Sousa, que también son los editores del mismo, indican que “La Sociología concibe el turismo como una realidad compleja formada por procesos que se incrustan en estructuras sociales históricas. Es decir, distintas sociedades en distintos momentos generan diferentes sistemas turísticos. A su vez, el turismo acaba influyendo sobre los contextos en los que se inserta. El análisis de esta retroalimentación es el punto de partida de la investigación sociológica del turismo”.
El objetivo principal de este libro es “presentar el turismo como un fenómeno complejo que se relaciona de muy diversas maneras con campos fundamentales de la vida social, como las estructuras del poder, la seguridad pública, la tecnología, las relaciones económicas, los procesos de urbanización, el deporte o los cambios demográficos”.
Por otro lado, y no menos importante, tiene como objetivo “animar la producción de literatura sociológica sobre turismo escrita en castellano, así como redirigirla desde las carreteras secundarias por las que ha tendido a transitar hacia circuitos más reconocibles. El ocio y el turismo son temas de creciente interés para la sociedad española y para el propio Centro de Investigaciones Sociológicas, y su prestigiosa editorial en el mundo hispanoparlante contribuirá a la consecución de estos objetivos”.
Los 11 capítulos que integran esta obra ilustran las relaciones existentes entre la sociología y la actividad turística, y han sido elaborados por un acreditado grupo de sociólogos y sociólogas que cuentan con una dilatada experiencia en el análisis de los diferentes tipos de turismo y de sus variadas repercusiones sobre los diferentes ámbitos de la sociedad española.
Antonio Álvarez Sousa en el segundo capítulo titulado “Epistemología y teoría turística”, realiza un examen de las aproximaciones epistemológicas que buscan comprender el turismo con la finalidad de dar respuesta a preguntas decisivas para la sociología del turismo: ¿Existe una amplia red de teorías sobre distintos tipos de turismo? ¿Esos temas son tratados de modo uniforme o existen diferencias entre distintas corrientes de pensamiento? ¿Esas teorías se pueden ubicar en un mapa conceptual de las ciencias sociales? ¿Cuáles son? ¿Está cubierto totalmente dicho mapa o hay zonas amplias sin estudios de turismo? ¿Esos temas sobre el turismo son meras adaptaciones de teorías de la ciencias sociales o bien, mediante el estudio del turismo se desarrollaron conceptos y la profundización en ellos contribuyó a que se propagase la riqueza teórica de dichos conceptos? Entre las abundantes conclusiones a las que llega, coincide con John Tribe en que la comunidad académica de turismo no es algo uniforme, sino que es una “comunidad divergente que permite una amplia gama de enfoques y tolera diferencias individuales”.
Alejandro Mantecón en el tercer capítulo: “La sociología del turismo en España (1964-2016)”, se plantea como objetivo completar una aproximación a la historia de la sociología española del turismo. Para ello desarrolla el planteamiento metodológico en dos grandes apartados: la era de los precursores (1964-1997) y la etapa institucionalizadora (1998-2016) y concluye con la discusión.
Dentro de esta señala que la primera etapa se caracteriza por la discontinuidad de las aportaciones realizadas y por su elaboración en espacios con frecuencia alejados de los departamentos universitarios. En cambio, en la segunda etapa la situación mejora de forma sustancial, ya que durante las dos últimas décadas se atenúa el espacio existente entre la dimensión socioeconómica del turismo y la atención que la sociología española le ha prestado. La reciente aparición de temas como el de la turismofobia (que eclosiona en el verano de 2017), sirve para poner de manifiesto los aspectos más problemáticos del turismo, incluyéndolo en la agenda política, y en definitiva en la discusión pública y mediática.
Antonio Aledo, Emilio Climent Gil y José Javier Mañas Navarro son los autores del cuarto capítulo: “Aportaciones teóricas, metodológicas y aplicadas de la sociología a la planificación del turismo”. Con este trabajo proponen hallar estrategias destinadas a aplicar los conocimientos teóricos y el instrumental metodológico de la sociología a la planificación de destinos maduros. En este caso, la técnica de mapas causales colaborativos se muestra de gran utilidad para elaborar diagnósticos sobre el sector turístico en el municipio de Torrevieja, que se encuentra al sur de la provincia de Alicante. Los autores llegan, entre otras conclusiones, a considerar que el análisis desarrollado ha identificado como las causas más relevantes en la producción de problemas del sistema turístico de Torrevieja: la gestión política cortoplacista ligada a la corrupción, la polarización hacia el sector inmobiliario de baja calidad y la inoperancia y ausencia de planes estratégicos de ordenación urbanística.
José Luis Paniza Prados, Inmaculada Puertas Cañaveral y José Manuel Jiménez Caballero han elaborado el quinto capítulo: “La investigación en el turismo deportivo: conceptualización, operacionalización y análisis”. Presentan un análisis del turismo deportivo desde una perspectiva aplicada. Tiene como objetivo principal explicar cómo se puede operativizar una conceptualización y clasificación del turismo deportivo utilizando bases de datos secundarios ya existentes. Para ello, se presenta en primer lugar una caracterización y clasificación sobre turismo deportivo, ejemplificada a partir de la información que contempla la encuesta Frontur-Egatur para su mejor comprensión. En segundo término, se muestran los enfoques de análisis de las motivaciones en turismo, con el objetivo de aplicarlos a un ejemplo práctico en el que se analiza la importancia de las variables sociodemográficas, contextuales y de destino. Para ello, en el tercer apartado, se realiza una aplicación concreta a la base de datos del Flash Eurobarometer 414 sobre las “Preferencias turísticas de los europeos”, correspondiente al año 2015. De las abundantes conclusiones obtenidas dan cuenta las tres páginas que ocupan en este capítulo.
Rafael Merinero Rodríguez es autor del sexto capítulo: “El destino turístico como red de actores: un análisis longitudinal de sus propias estructuras”. Para este autor existen cuatro formas de aplicar la perspectiva de redes al estudio del turismo: 1) la red como una metáfora de las interrelaciones entre los diferentes componentes del producto o del destino turístico; 2) los factores que influyen y condicionan positiva o negativamente la existencia de interacciones; 3) la red como contenido en el que se sustentan las relaciones entre las diferentes partes del hecho turístico analizado; y 4) el interés por los componentes de la estructura de la red. Desde el punto de vista metodológico, estas cuatro formas de abordar el estudio del turismo se han concretado en dos enfoques fundamentales; el enfoque cualitativo y el enfoque cuantitativo. Este trabajo se concentra en el segundo enfoque, de manera que a través de la adopción de principios de la matemática de matrices se pueden obtener características de las redes de relación para abordar el análisis del turismo. Este capítulo es un valioso ejemplo de aplicación de la sociología para generar conocimiento y facilitar la gestión de los destinos turísticos. Ello se puede apreciar en el estudio de la evolución del turismo en una zona rural de Andalucía. Se trata de una investigación longitudinal mediante la aplicación del análisis de redes sociales que responde a interesantes cuestiones acerca de la influencia que ejercen diferentes estilos de gobernanza sobre las estrategias de desarrollo local en los destinos turísticos rurales.
En el séptimo capítulo, J. Rosa Marrero Rodríguez trata “Los campos de acción estratégica como instrumento analítico de los destinos turísticos maduros: Tenerife (Islas Canarias)”. Tiene como objeto el estudio de las dinámicas de los destinos turísticos que, para la autora, más que productos comerciales, son realidades productivas o entornos ecológicos conformados por empresas, administraciones y stakeholders. El símil con el producto comercial dificulta el análisis de la dinámica interna en el destino. Por ello, conversa con la literatura académica relativa al ciclo de vida, pero a partir de la idea de campo económico donde los actores tienen racionalidades y recursos diferenciados. Mientras en el ciclo de vida prima la valoración de la importancia relativa de las variedades exógenas/endógenas, en el campo económico se resalta su heterogeneidad interna, producto de una histórica interrelación de diversas dimensiones.
Entre otras conclusiones, afirma que la descripción del destino turístico tinerfeño y de los discursos relativos a la renovación edificatoria, pone a prueba el planteamiento sobre los campos de acción estratégica. La renovación edificatoria es uno de los mecanismos de innovación desarrollados por las empresas del campo turístico tinerfeño que les permite ser más competitivas dentro del mismo, con respecto a los turoperadores.
Además, se produce un entorno normativo y político que favorece dichas acciones, sobre todo las encaminadas al alojamiento hotelero de calidad.
Daniel Briggs, Rebeca Cordero Verdugo, Antonio Silva Esquinas y Jorge Ramiro Pérez-Suárez han elaborado el octavo capítulo dedicado a “Las conductas de riesgo y la delincuencia en espacios turísticos de ocio nocturno”. Para los autores, las economías turísticas muy dependientes del ocio nocturno, que comercializan fantasías de escaparatismo, hedonismo, encuentros sexuales y satisfacción del deseo libidinal de los consumidores occidentales, tienden a experimentar una serie de problemas relacionados con la gobernanza efectiva, el control y, en última instancia, la soberanía. Además de los problemas relacionados con la salud, la violencia y el desorden, existen problemas estructurales vinculados a diferentes economías que coexisten alimentando los mercados ilícitos de drogas y sexo, y que son vulnerables a la corrupción.
En un intento de proponer una reflexión analítica más profunda sobre algunos de estos temas, este capítulo se centra en el complejo de Magaluf, ubicado en las Islas Baleares. De las varias conclusiones a las que llegan, la primera no puede ser más clara ni más contundente: “la construcción de espacios turísticos de ‘fiesta’ no integrados en el entorno acaba degenerando en ‘recintos feriales’, con un itinerario predeterminado, pero normativamente laxos, donde las actitudes y los comportamientos reprobados en contextos sociales normalizados son ahora utilizados y permitidos en pro del beneficio del empresario de la supervivencia del trabajador; con la indulgencia de la Administración local”.
Marta Domínguez Pérez y Montserrat Crespi Vallbona son las autoras del noveno capítulo, dedicado a “La sostenibilidad turística de los centros urbanos. Los mercados de abastos”. El punto de partida de este análisis se centra en un caso relativamente novedoso en cuanto a la ciudad y el turismo que ha tenido un fuerte impacto en muchas ciudades del mundo: el de los mercados de abastos tradicionales que han pasado de servir de equipamiento cotidiano a sus habitantes en etapas anteriores, a convertirse en elementos turísticos tras su reforma con fórmulas más atractivas para turistas y visitantes. Se toman como estudios de caso algunos mercados de abastos del centro de Madrid y Barcelona. La discusión sobre el futuro del patrimonio cultural, la construcción de la identidad de los lugares, los procesos de gentrificación o las nuevas culturas gastronómicas se integran en un argumento sociológico que analiza los desafíos a los que se enfrentan las ciudades postindustriales.
Jordi Giner Monfort y Carles S. Simó Noguera han redactado el décimo capítulo, sobre “La intersección del turismo y la migración de población extranjera en la Marina Alta (Alacant)”. Abordan un análisis de las interrelaciones que se crean entre las dinámicas turísticas, la economía inmobiliaria y los cambios en las estructuras de población. La comarca de la Marina Alta, en el norte de la provincia de Alicante, se configura como un caso paradigmático para estudiar los impactos sociodemográficos motivados por las confluencias que se producen entre los movimientos turístico-residenciales y los migratorios. Se realiza una estimación estadística de este espacio de convergencia, donde se ubican, por un lado, tanto flujos turísticos como flujos de inmigrantes y, por otro lado, stocks de turista y stocks de residentes extranjeros. También se propone una descripción de las principales características de las personas que ocupan esta zona gris y se analizan estadísticas de transacciones del sector inmobiliario, de gran utilidad para entender el nexo “turismo-migración-urbanismo”.
Raquel Huete es la autora del decimoprimer capítulo, que trata “La digitalización de la economía y el fin del turismo”. Tiene como propósito exponer y discutir las implicaciones que los procesos de digitalización de la economía están provocando en el ámbito turístico. El interés analítico se fija en la comprensión de los vínculos que se establecen entre el nuevo escenario tecnológico y el auge de la llamada economía colaborativa. Para la autora, la confluencia de ambos procesos de cambio social está resquebrajando los pilares del sistema turístico, planteando dilemas y desafíos que requieren la reflexión y el análisis sociológico. Presenta una detallada y documentada explicación de los procesos de reestructuración experimentados por el turismo a causa de la aparición de las plataformas digitales que comercializan viviendas de alojamiento turístico. También se desentrañan subprocesos relevantes, como las dinámicas de concentración de propiedades, y se completa una aproximación crítica a los discursos de algunos de los actores socioeconómicos que determinan el nuevo sistema de relaciones, problematizando conceptos como el de la economía colaborativa.
Esta obra pone a disposición del ámbito universitario, profesional y de la sociedad en general una herramienta de gran validez, tanto para la docencia como para la investigación y planificación del turismo, más todavía en estos momentos en los que vivimos una situación difícil de calificar. Tras décadas de aportación de la sociología al estudio del turismo, ha sido un acierto la edición de este libro con los objetivos que claramente se exponen en su capítulo introductorio. Muy positiva es también la gran cantidad de referencias bibliográficas con las que cuenta cada capítulo, que serán de gran utilidad para futuras investigaciones.
La edición del libro por parte del Centro de Investigaciones Sociológicas ha sido un acierto porque añade a su prestigiosa editorial una obra de referencia y de gran valor. Con ello continúa con su labor en beneficio de la sociedad, que le da su fundamental razón de ser.
Por último, mi más sincera enhorabuena para las autoras y los autores de los capítulos por su capacidad e interés a la hora de elaborar sus aportaciones, en especial para quienes han coordinado la edición de esta brillante Sociología del Turismo.